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En realidad, ¿alguien sabe que existe una Defensoría del Pueblo?

En el año 1995, LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE TUCUMAN SANCIONA CON FUERZA DE LEY (LEY 6.644)

ARTÍCULO 1º.- Creación. Créase la Defensoría del Pueblo para la protección y defensa de los derechos e intereses legítimos de las personas y de la comunidad, consagrados en la Constitución Nacional, Provincial y en las leyes dictadas en su consecuencia frente a los actos, hechos y omisiones de la Administración Pública Provincial, con los alcances previstos en esta Ley. El titular de este organismo es un funcionario denominado “Defensor del Pueblo”.

En su ART. 4º, dice  Objeto. El Defensor del Pueblo tiene a su cargo velar por la defensa, protección y promoción de los derechos humanos y demás derechos e intereses individuales, colectivos y difusos tutelados en la Constitución de la Provincia, la Constitución Nacional, los Tratados Internacionales y las Leyes, frente a los actos, hechos u omisiones de la Administración Pública provincial y municipal, o de prestadores de servicios públicos, siendo todas sus actuaciones gratuitas para el ciudadano.

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Además, dice: deberá velar por el buen orden, decoro y regularidad de la Administración Pública, por la dignidad de la función pública y por la respetabilidad de las autoridades administrativas, funcionarios, agentes y de cualquier persona que actúe al servicio de la Administración Pública centralizada, descentralizada y autárquica.

¿Qué se puede reclamar en la Defensoría del Pueblo?: Maltrato por omisión por particulares. Maltrato por transgresión por funcionario. Maltrato por transgresión por particulares. Quejas contra funcionarios y empleados públicos.

En la teoría, el organismo es un bombazo. Los ciudadanos deberían estar felices de tener un organismo que los defienda de los “excesos” a los que pueden ser sometidos por parte del Estado o de privados. Pero, en la realidad, ¿estamos defendidos?. Lo dudo.

En Tucumán, la Defensoría es un fantasma, no existe. Nadie sabe de su existencia. Nadie sabe quién la preside. Hoy, es un organismo más del Estado sin trascendencia. Una agencia de colocación de “compañeros” para ¿hacer política?.

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Te cuento, el que preside la Defensoría en la provincia (que dicho sea de paso, está en calle Balcarce 64 de la capital tucumana), se llama Eduardo “Lalo” Cobos. Es un político peronista. Se desempeñó en varios cargos y, últimamente fue legislador provincial ¿jaldista?, hasta que en 2021 fue elegido por sus pares como el nuevo “ombudsman” hasta el 2026. Se supone que el hombre renunció al Partido Justicialista para poder ejercer el nuevo cargo.

De la cantidad de problemas que tiene la provincia y que inciden directamente en la población, por dar algunos ejemplos: SAT, EDET, no entrega de viviendas adjudicadas, etcétera, nunca se vio al amigo “Lalo” Cobos dar la cara en defensa del consumidor.

Entonces, la pregunta es: ¿Para qué está la Defensoría del Pueblo, si no defiende a los ciudadanos?. ¿Quién controla al Defensor del Pueblo?. Si el hombre no está a la altura del cargo, ¿se podría removerlo, o hay que “aguantar” hasta el 2026?. ¿Cuál es el presupuesto de la Defensoría?. ¿A quién rinden cuenta?.

Señor Eduardo “Lalo” Cobos, ¿podría dar la cara a la población y explicar su trabajo?. Los tucumanos se lo agradecerán.

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