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El fin de un ciclo y el comienzo de una nueva provincia y un nuevo país han comenzado, faltan las firma de los responsables políticos

El 9 de Julio de 1816 fue un día histórico en Argentina, fue el nacimiento de un país libre. En esa fecha, recordamos lo sucedido en la sesión del Congreso de Tucumán, cuando las Provincias Unidas del Río de la Plata proclamaron su Independencia política de la monarquía española y renunciaron a cualquier otra dominación extranjera.

Doscientos ocho años después de ese hito en la historia del país, un Presidente argentino ha llamado a firmar un Pacto de Unidad Nacional, convocando a ex presidentes, gobernadores, sindicalistas, jueces, Iglesia y ciudadanos en general, justamente en Tucumán, la Cuna de la Independencia.

Es Osvaldo Jaldo (PJ), el actual gobernador provincial, y anfitrión del histórico evento.

El primero de marzo, de este año, Javier Milei anunció, en la apertura de la Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional, la convocatoria a un Pacto de Mayo a todos los actores de la política argentina. La idea original era firmarlo el 25 de Mayo en la ciudad de Córdoba. Por esos caprichos del destino (o de la política), no se llegó a concretarlo -la condición presidencial era la aprobación de la Ley Bases, algo que estaría concretado recién antes del 9 de julio- y, por lo tanto se decidió cambiar la fecha y lugar de la firma. Y así se eligió el Día de la Independencia argentina en Tucumán.

Jaldo, un “viejo” político nacido en Trancas -al Norte de la capital provincial- ha militado por más de cuarenta años en política, la mayoría de ellos en el Partido Justicialista. Ha pasado por numerosos cargos públicos y, en junio de 2023, alcanzó la coronación de su larga carrera: la gobernación. Pero como nada es tan fácil, en las elecciones presidenciales del mismo año, terminó siendo electo Presidente alguien que no estaba en los cálculos peronistas (ni en el de muchos otros): Javier Milei, un outsider, economista, libertario y anti casta. Ante la situación, el tucumano quedó descolocado.

El gobernador tenía varias opciones a tomar: volverse un opositor duro, coquetear tibiamente con Milei o, transformarse en un aliado del flamante mandatario nacional. Conocedor como pocos de la política y gobernando una de las provincias más pobres del país, inteligentemente Jaldo decidió ser un fuerte aliado del Presidente, a costa que le digan “traidor” los de su “propio palo”, pero le valió la aprobación de muchos antiperonistas tucumanos.

Así como a nivel nacional, el próximo 9 de Julio marcará un antes y un después en la historia de Argentina, Osvaldo Jaldo tiene la gran oportunidad de refundar Tucumán, y pasar de ser un pueblo pobre del norte del país a transformar a la provincia en una de las grandes capitales de Argentina.

Los ciudadanos de Tucumán, que quieren una provincia próspera y moderna, seguro estarán acompañando al Presidente y al Gobernador.

TICHO para Sin Codigo Tucumán

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