Luego de dos días de desmanes, el Gobierno de Tucumán tomó fuertes medidas para acabar con la animalada callejera
Osvaldo Jaldo no anda con vueltas. Lo peor que pueden hacerle es “mojarle la oreja”. Si creían que era igual que “sopita”, “agua y tanque” Manzur, se equivocaron de cabo a rabo.
Mediante un decreto, quiere dar por terminado lo que para los salvajes adolescentes es diversión, pero para la gente civilizada es un problema latente de riesgo de vida.
Se cuenta de manera simple y vulgar las medidas que adoptó el Gobierno provincial, para aquellos que no saben leer muy bien o se llevaron a marzo interpretación de textos.
El pendejo que haga lío en la vía pública, será llevado en cana a una comisaría, alcaldía o pabellón de Villa Urquiza (donde hay asesinos, violadores, narcotraficantes), hasta que la Justicia decida qué harán con ellos.
Los padres o tutores de los mini salvajes, que sean empleados públicos, se les aplicará sanciones administrativas.
A los colegios que concurran los adolescentes que realicen disturbios se les quitará los subsidios del Estado.
Los alumnos que participen en peleas callejeras serán expulsados de la institución educativa a la que concurren y no podrán ser aceptados, durante el corriente año, en ningún otro colegio o escuela.
Así que, amigo estudiante secundario, antes de organizar una peleíta callejera, pensala dos veces porque no solo irás en cana sino que vas a perjudicar a tus padres. FIN.
TICHO para Sin Codigo Tucumán