Desde hace un tiempo, el legislador Gerónimo Vargas Aignasse, viene sosteniendo la necesidad de bajar la edad de imputabilidad. Es una Ley que debe salir del Congreso Nacional. Los episodios de violencia, vividos en la Capital tucumana esta semana, donde grupos de estudiantes del secundario se enfrentaban en una batalla campal, en plena vía pública, ha movilizado al Gobierno provincial y el legislador volvió a insistir con el tema.
“Voy a presentar un proyecto de declaración para que institucionalmente establezcamos una postura para darle una solución a la violencia juvenil que sufrimos. Es necesario bajar, de manera urgente, la edad de imputabilidad a los 14 años. Son menores violentos, conscientes de lo que hacen y con capacidad de organizarse para pelear entre grupos. El Estado está sin herramientas legales para responder con firmeza“, dijo Vargas Aignasse.
“Los recientes actos de violencia entre jóvenes, destacan la urgencia de revisar la edad de imputabilidad, apoyo la idea de bajarla a 14 años. La madurez y conciencia de los jóvenes de hoy, son notablemente diferentes a las de hace 25 o 30 años. Mantener la idea de que un menor, de 15 años, no comprende el impacto de sus acciones es un anacronismo que pone a nuestro sistema penal, al Estado y a la sociedad en una posición de vulnerabilidad y desamparo punitivo, rozando lo absurdo. Es crucial desarrollar un sistema penal juvenil que no solo sancione, sino que también rehabilite de manera seria y responsable, reintegrando a los jóvenes a la sociedad con un futuro prometedor”, expresó el legislador.
“La evolución del joven ha ido avanzando a pasos agigantados en los últimos años. Hoy un chico de 14,15 o 16 años tiene una madurez superlativa, eso ha hecho además que empiece a participar del mundo del delito a otra escala. Esto no se trata ni de ideologizarle, ni de medidas extremas, si no de ver la realidad de lo que hoy pasa en Tucumán y en (toda) la argentina”, comenta.
“El chico de 15 años que mata brutalmente, es consciente de sus actos pero qué ocurre, quizás no tiene la madurez suficiente, sí para entender, pero puede ser influenciado. Un chico de 15 años sí puede ser influenciado por un mayor, y mucho más si tiene un consumo problemático, pero es una realidad que el Estado debe responder”.
“Claramente los jóvenes de hoy tienen un nivel de madurez y conciencia superior al de hace 25 o 30 años, seguir con la idea de que un menor de 15 años no es consciente o no dimensiona el daño que ocasiona es un anacronismo sociológico que lleva al sistema penal a poner al Estado y a la sociedad en una situación de vulnerabilidad e impotencia punitiva que hoy raya con lo absurdo”, terminó
