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Pero están en Brasil. Tienen que llegar antes de las 8 de la mañana a la playa para conseguir un lugar. Están como hormigas amontonados

La clásica caminata “por la orilla” ahora implica tener el agua a la altura de las pantorrillas. Si no, no se puede avanzar. Es que las reposeras, las mantas y las mesas de plástico se abalanzaron casi al filo del mar, para darle más espacio al verano.

Igual, para tener un metro cuadrado de arenahay que tener el poder de madrugar.

¿Tiene sentido intentar relajarse de un año laboral complicado, y viajar a un destino explotado, donde todos están amontonados y tenés que hacer cola hasta para comprar un choclo?. Estresarte por encontrar un lugar, preocuparte de no perder a tu hijito, de que no te roben en la muchedumbre, ¿vale la pena?.

Es la primera vez que venimos y hay demasiada gente. Nos tentaron los precios y el clima de Brasil, pero venís después de las 8 de la mañana y ya está todo ocupado”, dice Mariano Angelina. Con su familia, llegaron en avión desde Tierra del Fuego y no están tan mal ubicados. “Cerca de las 7.40 nos sentamos, y por suerte estaba este lugar, que es entre segunda y tercera fila hacia el mar“.

Qué cuentan tres tucumanos: Joaquín Jaime, Gastón Frasconá y Facundo González, también son primerizos en esta playa, pero más madrugadores.

“Vinimos a las 6 de la mañana, apenas llegamos a Florianópolis, para poder nadar solos. Después nos fuimos a dormir donde alquilamos, nos despertamos a cualquier hora, tipo 10, y bueno, de casualidad conseguimos esta mesa con sombrilla”, dice Joaquín. Están “atrás de todo”, casi en la vereda. Hacia adelante sólo ven un mar de sombrillas.

Los tres amigos pidieron dos botellas de fernet y gaseosas, pagaron con Pix (el sistema de pagos instantáneos del Banco Central de Brasil que habilitaron algunas billeteras electrónicas de Argentina y permite pagar sin recargos) y dicen que “no fueron más de $ 40.000 argentinos”.

Comer en un parador, en cambio, puede implicar pagar 96 reales (15 dólares) por camarones empanados para dos personas. Y si son más, el combo familia (pesca del día empanada, con papas fritas, bolinho de pescado, polenta, pollo y queso) está 259 reales, unos 42 dólares.

Aunque es territorio brasileño, mientras se hace equilibrio para no pisarle la cabeza o un tobillo a quien esté tomando solsólo se escucha el acento argentino.

Para “los Leones”, esta familia de cinco que llegó desde Nogoyá, Entre Ríos, es más difícil separarse. “Llegamos a las 8.30, todos juntos, para ocupar espacio. Te movés y te ponen una sombrilla en tu lugar“, dice Sergio Leones, que es productor agropecuario. Con esta cantidad de gente ¿recomendaría venir a Canasvieiras? “Y… está en el gusto de cada uno… hay más gente de lo que esperaba y barato está, así que igual se disfruta”, duda.

Para gustos, colores.

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