EL CAMBALACHE POLÍTICO EN TUCUMÁN

El peronismo dividido, los libertarios en ascenso, y el rejunte radical poco creíble: así se vive el primer test electoral del Mileísmo en la provincia

Tucumán se prepara para una elección legislativa nacional en octubre que, aunque limitada a la renovación de cuatro bancas en la Cámara de Diputados, tiene el peso simbólico y político de ser el primer termómetro electoral para el Gobierno de Javier Milei y Osvaldo Jaldo. Pero, como es habitual en esta provincia, la política no se juega solo en las urnas: también se cocina en los pasillos del poder, en los pactos a media voz y en los acuerdos que muchas veces duran menos que un café frío.

El gobernador Osvaldo Jaldo, peronista y alineado con la Casa Rosada libertaria, llega a este turno electoral con una presión extra: debe mostrar fuerza partidaria y capacidad de control interno si quiere proyectarse para un segundo mandato. Para eso necesita, al menos, retener dos de las cuatro bancas en juego. Su gran ventaja: tiene la lapicera. El aparato provincial le responde, y los intendentes y delegados comunales saben que una ruptura con el Ejecutivo les puede cortar el oxígeno -léase, los fondos-. Además, Jaldo mantiene buena imagen pública. Aunque, claro, eso no garantiza votos.

La gran desventaja del jaldismo es la falta de un candidato “potable”. Los nombres que suenan -la intendente Rossana Chahla o el vicegobernador Miguel Acevedo- serían testimoniales. En criollo: ninguno asumiría. Quemar esas figuras por apenas dos bancas sería un lujo demasiado caro para un resultado tan pobre.

A eso se suma el peronismo disidente, que actúa como ambulancia recogiendo heridos del camino. Una constante en la política tucumana: se pelean, se desgarran, pero al final terminan todos en la misma foto. El peronismo, cuando huele poder, emulsiona lo imposible: del agua y el aceite hacen una sopa homogénea, sin olfato, sin gusto, sin estómago, pero con una única pulsión: el poder.

La UCR: el eterno regreso de los muertos vivos

El radicalismo, mientras tanto, parece una herencia dilapidada. Un partido centenario con vocación de interna y sin coraje electoral. Su figura más visible, Roberto Sánchez, busca la reelección y tiene buena imagen. Pero en Tucumán, la imagen no siempre se transforma en intención de voto. En un reciente acto en Tafí Viejo, Sánchez estuvo flanqueado por un collage de radicales: José Cano, Silvia Elías de Pérez, José Canelada, y su delfín en Concepción, Alejandro Molinuevo. En el caso del legislador Cano ya se declaró abiertamente anti-Milei. ¿Será esa la postura de Sánchez en la campaña electoral? Y Mariano Campero, ¿con quién juega? ¿Apostará por Sánchez o hará guiños a los libertarios? Con Milei en el poder quedó demostrado que no es el tiempo de los tibios.

La Libertad Avanza: lo nuevo, outsiderismo y el factor sorpresa

Del lado libertario, la figura de Lisandro Catalán empieza a asomar con fuerza. Luego de cruces con José Macome, el espacio se ordenó y trabaja en ampliar su base territorial. Aunque sin nombres conocidos -y eso, paradójicamente, es una ventaja-, el voto bronca puede jugar a su favor. Queda la incógnita de si será Catalán el que encabece, o si “se guarda” para 2027. También, hay rumores de una lista compartida con Paula Omodeo, actual diputada de CREO, que ha coqueteado con los libertarios, en la Cámara Baja, a través de un interbloque.

Este martes llegaría Karina Milei a la provincia. El desembarco de “El Jefe” puede ser clave para ordenar el frente libertario y dejar claras las candidaturas.

Fuerza Republicana: Bussi, el eterno equilibrista

Ricardo Bussi parece estar perdido en este nuevo mapa. La irrupción libertaria lo dejó sin discurso, sin nicho, sin aliados. Pero conserva algo que parece invalorable: su apellido. Aunque sin figuras fuertes, podría lanzarse él mismo como candidato a diputado. Eso, curiosamente, beneficiaría más al peronismo que a la oposición. Con Bussi en la cancha, la oposición se fragmenta aún más y Jaldo respira.

“Ricardito”, siempre al acecho, aún guarda silencio. Pero no hay dudas de que algo trama. Es un político que ha sabido flotar en la política local más allá de ideologías. Y mal no le ha ido.

Un reordenamiento que marcará el futuro de la política en Tucumán

Este octubre se juega mucho más que cuatro bancas. Se define el reordenamiento de la política tucumana. Un peronismo dividido, una oposición deshilachada y el fenómeno libertario que aún no termina de mostrarse del todo. En este cambalache político, Tucumán se vuelve un laboratorio electoral: puede ser el prólogo de una nueva dirigencia… o el déjà vu de siempre.

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