El gobernador tucumano está usando toda su experiencia política para mantener a la “tropa” alineada pero cada vez está más complicado. Para la suerte del mandatario, en la provincia la oposición -no justicialista- no existe
Desde el 19 de noviembre de 2023, cuando ganó las presidenciales Javier Milei -contra los pronósticos-, el peronismo quedó “Nocaut” y, hasta el día de hoy, no encuentra rumbo. En realidad, el triunfo del libertario fue una pateada de tablero en todo el arco político argentino, al menos como se lo conocía hasta entonces. Unión por la Patria, dejó de existir. Juntos por el Cambio, dejó de existir. Fue y ES un “mezclar y barajar de nuevo” en todo.
En Tucumán, un feudo peronista de años, cuando ganó la gobernación Osvaldo Jaldo (PJ) -antes del triunfo de Milei- todo era alegría entre los “cumpas”; a tal punto que se habían olvidado las diferencias entre Juan Manzur y el mismo Jaldo. Todos eran un solo corazón. ¿Por qué?, porque estaban seguros que la presidencia era para Sergio “ventajita” Massa, y ya tenían cargos repartidos para TODES. Pero, la cosa no fue así y el Universo decretó otra cosa. Y ahí comenzaron los despelotes y comenzó a revivirse la grieta Manzur/Jaldo.
No vamos a ahondar en detalles que ya son conocidos, solo un pantallazo: Jaldo comenzó a deshacerse de funcionarios manzuristas y a poner en práctica el operativo seducción de legisladores, intendentes y delegados comunales. En este caso, para “seducir” no hace falta ser fachero, solo una buena billetera. ¿Qué dirigente con responsabilidad de gestión le diría NO al primer mandatario?. De a poco empezó a verse a manzuristas -hasta hace unos meses atrás- reunidos y acompañando a Jaldo en la gestión.
Por otro lado, el acompañamiento del gobernador a las políticas del Gobierno nacional hizo mucho ruido en los “cumpas”. A tal punto que sonreían con el gobernador pero, a espaldas, despotricaban y lo criticaban -y lo siguen haciendo-. Todo pasaba desapercibido hasta que se desató la interna nacional y apareció en escena el “oflador” Manzur. De a poco comenzaron a animarse a levantar la cabeza los “opositores” a Jaldo. Primero el diputado nacional, Pablo Yedlin, luego Sandra Mendoza que es senadora nacional, posteriormente su marido, el “eterno” legislador y condenado por abuso sexual, José “Mellizo” Orellana. Su hermano Enrique, actual intendente de Famaillá no habla pero lo hace por él José, así que ya tenés un intendente en “contra” del gobernador.
Ellos son los que tuvieron el “coraje de dar la cara” y su postura públicamente. Después tenés otros que se sospecha pero por su responsabilidad ejecutiva sonríen para la foto. Hablamos de intendentes, legisladores y delegados comunales -nos reservamos los nombres porque lo van a negar públicamente-. Este miércoles, un legislador del bloque oficialista – Hugo Ledesma– renunció y armó uno propio. Las razones fueron por cuestiones gremiales y un conflicto con el Tribunal de Cuentas. Pero, todo tiene “olor” a la interna desatada. Su jefe político es el diputado nacional Carlos Cisneros, acérrimo enemigo del presidente Milei. Este jueves, Ledesma publicó una foto junto a Cisneros y el titular nacional de La Bancaria, donde Sergio Palazzo le expresaba todo su apoyo por la “independencia” en la Legislatura provincial. ¿Qué quisieron demostrar con esa foto?, ¿era para Jaldo?. ¿Se están cubriendo por si el gobernador decide cambiar al interventor de la Caja Popular de Ahorros?.
Muchos frentes abiertos. Han decidido adelantar las pujas políticas que eran esperadas recién el año que viene. Jaldo tendrá que lidiar con muchos más que irán saliendo del armario.
TICHO para Sin Codigo