NOVEDADES

Durante muchísimos años vendió el famoso cubanito con dulce de leche, con una elegancia única

Carlos Rojas tenía 88 años. Durante más de 60 cumplió religiosamente el mismo ritual. Sobre una bandeja de madera depositaba decenas de cubanos (cucuruchos cilíndricos y arrollados), de unos 20 centímetros de largo, y los rellenaba con dulce de leche (abundante y exquisito). 

Vestía un traje negro, de gala, una camisa blanca, combinado con un moño rojo o violeta; el toque final es un clavel rojo en la solapa. 

Estaba siempre impecable y predispuesto para vender los cubanitos más preciados por los tucumanos. Otra característica de Don Rojas era su sonrisa y amabilidad. Todos sabían que podían encontrarlo en el mismo lugar, en la intersección de las galerías la Gran Vía y Muñecas. Muchos domingos también se paseaba por los bares del Parque 9 de Julio vendiendo sus cubanitos.

COMPARTIR NOTICIAS

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *