La farsa del peronismo. Como Alberto Fernández, Kicillof primero se hace “el gallito” con la “jefa” y luego se hace “pipí” y baja la cabeza
En la previa a la resolución de la Junta Electoral, que bajó la lista de Ricardo Quintela, por la presunta falta de los avales requeridos para participar en la elección, de los 15 miembros de ese cuerpo se daba por hecho que la mayoría estaba alineada con Cristina Kirchner salvo la riojana Hilda Aguirre de Soria y la puntana María Eugenia Catalfamo. Tampoco se contaba del lado de la ex presidente a Gabriel Katopodis, que responde a Axel Kicillof, en medio del supuesto quiebre de la relación del gobernador con su mentora política.
El ministro de Infraestructura bonaerense no sólo estuvo de acuerdo con que quedara oficializada únicamente la lista encabezada por Cristina sino que fue el primero en pedir una moción para rechazar y condenar los argumentos esgrimidos por Quintela en contra de la resolución que lo inhabilitó para competir por no haber reunido los avales requeridos.
“No podíamos permitir una denuncia infundada en la que se hablaba de proscripción, de arbitrariedad. Es injusto, desmedido y violento. Tampoco que se judicialice el proceso. No existió ninguna proscripción. Ni siquiera vinieron a chequear qué documentación faltaba”, contaron cerca de Katopodis. También avaló esa postura la legisladora bonaerense Viviana Guzzo, otra integrante de la Junta Electoral del sector de Kicillof.
“Gabriel fue la voz cantante. No estaban las dadas las condiciones y tenemos que respetar la institucionalidad. No fue un invento que no estaban los avales para Quintela. No nos estamos lavando las manos, en ningún momento lo hicimos, aunque digan eso”, ratificaron del lado del gobernador, predispuesto a bajar la confrontación con Cristina Kirchner.