Un recambio de ninguna manera significa debilidad, al contrario, toda gestión necesita “mostrar” y “demostrar” que la administración funciona
Funcionarios que no funcionan. Ministros que “muestran” trabajo para las cámaras pero, puertas adentro de cada ministerio, el descontento es apabullante. Una buena gestión no solo consiste en la ausencia de conflictos políticos, se trata de obtener resultados satisfactorios en la ciudadanía. Los números y las estadísticas pueden decir una cosa, la realidad, el día a día, otra.
Los tiempos actuales requieren una gestión dinámica, presencia en territorio. Los problemas se solucionan cuando se los viven “in situ”. Cuando estás en una oficina recibiendo informes de colaboradores, no sirve; la realidad seguramente estará falseada.
¿Cuántos ministros, secretarios, directores, trabajan en los barrios o en el interior de la provincia?.
Varios funcionarios actuales llevan años en el mismo cargo. Por más bueno que sean, estar mucho tiempo en el mismo lugar no es productivo. Hay personajes que por más amistad o confianza con el primer mandatario, quizás, no sean los indicados para la impronta que, según Jaldo, le quiere dar a su Gobierno.
Por otro lado, la población pide gente joven, caras nuevas, ideas nuevas. Jaldo necesita rodearse de funcionarios que le proporcionen energía, dinamismo, y no al revés.
De los actuales ministros, secretarios, presidentes de entes autárquicos, el 100% son figuritas conocidas, repetidas y deslucidas.
En Tucumán existen personas probas en todos los sectores que serán perfectamente capaces de llevar adelante una buena gestión.
Gobernador Osvaldo Jaldo, no lo dude, haga el cambio que usted considere necesario. Los tucumanos se lo agradecerán y seguirán dándole más apoyos aún.
TICHO, Sin Codigo Tucumán
