Sucedió el miércoles pasado a la noche, en la zona sur de San Miguel de Tucumán
El miércoles pasado me encontraba en el negocio de un amigo, por Avenida Sáenz Peña al 400. Alrededor de las 19 horas, en la misma puerta del negocio (de mi amigo) la Policía detiene a dos adolescentes sospechosos. Pude presenciar y escuchar (desde dentro del negocio, obvio) todo lo que hablaban los agentes y los adolescentes.
Primero eran dos Policías y al cabo de cinco minutos eran 7. Empezaron a requisarlos y les encontraron droga. Todo el tiempo los adolescentes “bardeaban a los canas” y ellos, con gritos, los hacían callar. Uno de los “canas” le dijo a uno de los delincuentes: “yo te conozco a vos, el otro día te perseguí y me mentiste porque vos habías robado la mochila”.
Entre gritos y “prepeadas” uno de los agentes les dijo: llamen a sus padres para que los vengan a buscar o si no lo llevaremos a la comisaría”. Pasó media hora y unos mayores se presentaron y se llevaron a los menores. La Policía se fue. En ese momento salimos del negocio de mi amigo y gran sorpresa nos llevamos: adentro del tacho de basura que tiene en la puerta encontramos terrible pistola . Llamamos a unos agentes que estaban todavía por ahí, le mostramos “el hallazgo” y dijeron. “que hijos de put…” nos volvieron a engañar” y fueron a perseguirlos.
Esto lo cuento para entender qué clase de política de seguridad tenemos. No creo que los Policías sean culpables, es el sistema el culpable de tener estos delincuentes sueltos que van robando y matando libremente.
¿Cómo terminó la historia?, no sé. Seguramente al ser menores seguirán libres drogándose y delinquiendo y matando por ahí.
