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Carta abierta al gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo

Estimado gobernador: usted lleva, apenas, 50 días a cargo de la conducción de la provincia. Como lo manifestó en reiteradas oportunidades, se vino preparando a lo largo de 40 años para el cargo que ahora ostenta. Prácticamente, toda su vida a sido funcionario público pasando por diferentes cargos legislativos y ejecutivos. Se deduce que conoce mejor que nadie el funcionamiento del Estado pero más, el humor de la gente.

En el balotaje de noviembre pasado, la ciudadanía optó, con el 56% de los votos, por un candidato nuevo con ideas disruptivas, lo que llaman un outsider. Se pueden hacer muchas lecturas, según quién las realice, pero lo concreto es que los argentinos dijeron ¡basta! a un modelo de país que evidentemente no funcionó.

Usted señor Jaldo, si realmente es un estadista y con la experiencia política que tiene, debería saber hacia dónde quiere ir la mayoría de la población. Ya no quiere más de lo mismo. Es verdad que usted ganó en Tucumán y por un amplio porcentaje (no es la idea en esta oportunidad discutir la forma de votación, los acarreos, el pago de troqueles) pero lo concreto es que ganó. Use el poder que le otorgaron los tucumanos para mejorar la vida de cada habitante de esta tierra. La gente quiere vivir mejor, tener un trabajo, poder comer, ser atendido en un hospital, educarse.

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La otra opción es ser un gobernador más, del montón, que solo le interesa permanecer (sin hablar de supuestos enriquecimientos ilícitos), como fueron sus antecesores. El cambio de era que vive Argentina requiere que usted sepa interpretar y haga algo distinto. No es mucho lo que pide la población de Tucumán: no quiere más cortes de calles, puentes, rutas, autopistas. No quiere más privilegios de los políticos. No quiere ver personajes que llevan años cambiando de función pública y viviendo del Estado. No quiere más pueblo pobre y políticos ricos. Quiere calles y caminos en condiciones. Quiere seguridad, Quiere una educación acorde al siglo que vivimos. Quiere sueldos dignos. Quiere un transporte público moderno, limpio y seguro. No quiere nepotismo, donde padres, esposos, hijos se “heredan” el cargo.

Dígale a sus amigos de la Legislatura que, cuando todo el pueblo está haciendo un esfuerzo ante la difícil situación económica, no pueden aumentarse sus dietas el doble, cobrando un mensual de 1,5 millones de pesos. Los médicos, maestros y policías cobran una miseria y son actividades esenciales para el progreso de una sociedad. ¿Le parece correcto el abuso de los “honorables” legisladores?.

Le reitero, señor gobernador, usted tiene la oportunidad histórica de ser recordado por los tucumanos como un estadista o ser aborrecido, odiado y olvidado. Creo, que no hay nada peor para un ser humano que ser olvidado y rechazado.

TICHO, para Sin Código Tucumán

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