Cada año, las inmunizaciones previenen más de 20 enfermedades graves y salvan hasta 5 millones de vidas
Además, las vacunas reducen el riesgo ante patologías como el sarampión, la poliomielitis, la tos ferina y la gripe, solo por nombrar algunas. Sin embargo, existe una caída en las tasas de vacunación a nivel global. En este marco, la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) lanzó la campaña “Vacunados, listos, ¡ya!”, que tiene por objetivo concientizar sobre la importancia de mantener al día los esquemas de vacunación y proteger la salud personal y comunitaria.
Bajo el lema “Para ganarle a las enfermedades, la vacunación es la mejor forma de llegar primero”, la campaña invita a todos a acercarse a los vacunatorios de todo el país para recibir las vacunas correspondientes según su edad, condición de salud y ocupación.
Argentina cuenta con uno de los calendarios de vacunación más completos del mundo, con más de 20 vacunas incluidas, todas ellas gratuitas y disponibles en los centros de salud públicos. Este esquema se encuentra diseñado de acuerdo a las necesidades de cada grupo etario, y adaptado a las condiciones específicas de cada región.
“Las vacunas no solo protegen a quienes las reciben, sino también a quienes los rodean, ayudando a interrumpir la circulación de virus y bacterias. De este modo, crean un escudo que resguarda a toda la comunidad contra enfermedades potencialmente graves. Tener las vacunas al día es un derecho, pero también una responsabilidad”, afirmó la doctora Analía Rearte, a cargo de SAVE.
“El éxito de la vacunación ha generado un nuevo desafío: con el paso del tiempo, el riesgo de estas enfermedades se ha vuelto menos visible, lo que ha reducido la percepción de su importancia. Como consecuencia, las tasas de vacunación han caído a nivel global, aumentando el peligro de reaparición de enfermedades que habían dejado de ser una preocupación para muchas generaciones”, destacaron.
Según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), hubo una caída alarmante en las tasas de vacunación global: “La cobertura mundial de inmunización infantil se estancó en 2023, por lo que habrá 2,7 millones más de niños y niñas sin vacunar o sin recibir la totalidad de las vacunas en comparación con los niveles anteriores a la pandemia de 2019″.
Cuáles son las vacunas que deben aplicarse desde el nacimiento hasta la adultez
La vacuna contra la Hepatitis B es la primera que reciben la mayoría de los bebés. Se da dentro de un plazo de 24 horas desde el nacimiento. También, la vacuna BCG, que previene las formas graves de tuberculosis.
Durante el primer año de vida, los niños deben recibir la mayoría de las vacunas que los protegerán contra enfermedades graves. Entre ellas se encuentran las inmunizaciones contra la neumonía, poliomielitis, quíntuple, rotavirus y meningococo. A los 2 meses de vida, se administran las primeras dosis de: neumococo, poliomielitis (IPV o Salk), quíntuple (o pentavalente) y rotavirus.
Luego, a los 3 meses, se aplica la primera dosis de meningococo, y a los 4 meses se repiten las dosis de neumococo conjugada, polio (IPV o Salk), quíntuple y rotavirus. Al llegar a los 5 meses, se administran la segunda dosis de meningococo, y a los 6 meses se da la tercera dosis de poliomielitis y quíntuple.
A los 5 meses, los niños reciben la segunda dosis de la vacuna meningocócica conjugada cuadrivalente, que protege contra meningitis, sepsis y sus posibles secuelas, causadas por los serotipos A, C, W e Y del meningococo. Mientras que a los 6 meses se aplica la tercera dosis de la vacuna quíntuple o pentavalente, que previene difteria, tétanos, tos convulsa, hepatitis B y Haemophilus influenzae tipo B, además de la tercera dosis de la vacuna Polio IPV, utilizada para prevenir la poliomielitis causada por los poliovirus tipo 1, 2 y 3. En esta etapa también se administra la vacuna antigripal si corresponde, aplicándose dos dosis separadas por 4 semanas en caso de ser la primera vez, o una única dosis si ya hubo aplicaciones anteriores.
Al cumplir 12 meses se administra el refuerzo de la vacuna neumocócica conjugada, que previene meningitis, neumonía y sepsis causadas por los 13 serotipos de neumococo incluidos en la vacuna. También se aplica la única dosis de la vacuna contra la hepatitis A, destinada a prevenir esta enfermedad y sus complicaciones, junto con la primera dosis de la triple viral, que protege contra sarampión, rubéola y paperas. Asimismo, se realiza la vacunación antigripal, según el esquema necesario para cada caso.
Al llegar a los 15 meses se suministra el refuerzo de la vacuna meningocócica conjugada cuadrivalente, junto con la primera dosis de la vacuna contra la varicela, destinada a prevenir esta enfermedad y sus complicaciones. Entre los 15 y 18 meses también se aplica el primer refuerzo de la vacuna cuádruple o quíntuple pentavalente celular, que protege contra difteria, tétanos, tos convulsa, hepatitis B y Haemophilus influenzae tipo B.
Finalmente, a los 24 meses de edad, se refuerza la recomendación de completar los esquemas de vacunación contra la gripe para proteger a los menores frente a complicaciones graves y mortalidad relacionada con el virus de la influenza.
Ahora, antes de comenzar la primaria, cuando los niños alcanzan los 5 años, deben recibir ciertos refuerzos para completar su esquema de vacunación. “El inicio del ciclo escolar es una oportunidad clave para que las familias revisen y completen sus esquemas de vacunación, especialmente los de bebés, niños y niñas. Así como también, aprovechar para realizarles un control médico”, destacan desde la SAVE.
Para esta etapa, se incluyen: la Polio IPV, enfermedad que no registra casos en Argentina desde 1984 y cuya erradicación permitió que la región de las Américas fuese declarada libre de esta patología en 1994. También se administra la triple viral, que protege contra el sarampión, la rubéola y las paperas; siendo que la primera de estas es una enfermedad eruptiva febril que puede ocasionar complicaciones graves e incluso la muerte. En tanto, la triple bacteriana celular DTP previene la difteria, el tétanos y la tos convulsa. Finalmente, se aplica la segunda dosis de la vacuna contra la varicela para prevenir esta enfermedad y sus complicaciones.
En cuanto a los adolescentes, a los 11 años deben recibir varias vacunas clave: la Meningococo Cuadrivalente (única dosis), que previene meningitis y sepsis; la Triple Bacteriana Acelular como refuerzo; y la vacuna contra el VPH (una dosis) para prevenir el cáncer cervical y otros problemas relacionados con este virus. En zonas de riesgo, se aplica también un refuerzo de fiebre amarilla. Además, se completa el esquema de Hepatitis B y se administra la Triple Viral si el niño no ha recibido las dos dosis previas.
Cuando cumplen 15 años, los adolescentes deben completar cualquier esquema pendiente de Hepatitis B y sarampión/rubeola/paperas (si no lo hicieron antes), mientras que en zonas de riesgo, también se les aplica la vacuna contra la Fiebre Hemorrágica Argentina.
Para los adultos, es esencial completar el esquema de Hepatitis B, Triple Viral y recibir un refuerzo cada 10 años de la Doble Bacteriana (difteria y tétanos). También deben recibir la vacuna anual contra la gripe y, si son mayores de 65 años, las vacunas contra el neumococo. Mientras que las personas gestantes deben recibir la vacuna contra la gripe en cualquier trimestre del embarazo y un refuerzo de la Triple Bacteriana Acelular a partir de la semana 20 para proteger al bebé. Además, pueden necesitar la vacuna contra la Hepatitis B y la del Virus Sincicial Respiratorio.
El puerperio (después del parto) requiere que las madres reciban la vacuna contra la gripe, completen el esquema de Hepatitis B y, si no lo hicieron antes, reciban la Triple Viral.