Quiénes son los reclutadores, cuál es su modus operandi y por qué la zona es propicia para la explotación sexual y laboral de menores
La Triple Frontera, una especie de Triángulo de las Bermudas, está conformada por Puerto Iguazú (Argentina), Foz do Iguaçú (Brasil) y Ciudad del Este (Paraguay). El Puente Tancredo Neves cruza el Río Iguazú y conecta a la Argentina con Brasil. Sobre el Río Paraná, el Puente de la Amistad une Foz con Ciudad del Este, y existen también transportes de balsas que, sobre ambos ríos, enlazan Puerto Iguazú con la ciudad de Presidente Franco, en Paraguay.
La Triple Frontera es considerada como una región propicia para la trata de personas y la explotación de menores. Las razones son diversas: por un lado, el permanente flujo y circulación de personas con motivos comerciales y turísticos; la presencia de tres aeropuertos internacionales cercanos; y los dos puentes internacionales que sirven para el transporte de mercancías, una práctica a tiempo completo en la zona y que suele exhibir fisuras en los controles. Los límites fronterizos naturales, tanto terrestres como fluviales, son permeables para la entrada ilegal a cualquiera de los tres países.
En la zona existe la marginalidad social, fuentes informales de empleo y déficit habitacional que convierte a muchos de sus habitantes en población vulnerable ante este tipo de delitos. A lo largo de los años fueron detectadas diferentes redes de reclutamiento de nenas, nenes y adolescentes con fines de explotación sexual y laboral.
A veces no son grandes redes las que operan, sino personas o familias conectadas. Por ejemplo, una familia que se dedica a la explotación de prostitución en Paraguay y se conecta con alguna familia en la Argentina. Las víctimas suelen ser personas muy vulnerables que vienen de zonas rurales y ni siquiera tienen partidas de nacimiento.
Es habitual que los reclutadores crucen la frontera sin controles o con la complicidad de alguna autoridad. Muchas veces, una misma moto podía pasar a dos o tres personas con el mismo documento. Siempre hay participación de las fuerzas de seguridad y de miembros de mucho poder en el territorio donde se realizan las operaciones.
La mayoría de las víctimas pertenecen a familias pobres y viven principalmente en zonas rurales, en situación de extrema pobreza. Empujados a la zona fronteriza por la necesidad de encontrar un trabajo, un gran número de estas personas son analfabetas y huyen de abusos y violencias dentro del seno de su propia familia.
La Triple Frontera resulta un lugar de fácil filtración de víctimas. Más allá de fortalecer controles, sería necesario atacar las causas que llevan a la trata.
Con datos de Mariano López Blasco, TN