El peronismo tucumano con una victoria con sabor a poco y los libertarios como gran sorpresa

La elección legislativa de este 26 de octubre dio un resultado objetivo pero con una interpretación política para todos los gustos

Por SIN CODIGO

Este domingo 26 de octubre, en Tucumán, dejó una fotografía política clara: el peronismo ganó en votos, pero perdió poder real. Y La Libertad Avanza, sin estructura, sin plata y sin candidatos con alto nivel de conocimiento público, se quedó con dos de las cuatro bancas en juego y se transformó en el gran vencedor de la noche. Futbolísticamente fue un empate: 2-2

Sí, así como suena: los mismos que las encuestas subestimaban, terminaron llevándose la mitad de la representación tucumana en la Cámara de Diputados. El “David contra Goliat” volvió a repetirse. Y David ganó otra vez.

El peronismo: victoria con gusto amargo

El gobernador Osvaldo Jaldo fue la figura central de la campaña. Se puso él mismo como candidato testimonial, sabiendo que no asumiría, buscando liderar la boleta como garantía de arrastre y “unidad”. Juntó kirchneristas y moderados bajo un mismo paraguas, bajó un eslogan uniforme “El Estado Presente”, multiplicó actos, punteros, pauta, propaganda y recursos. Se gastó, además, lo que se veía y lo que no se veía. Pero la fiesta terminó siendo modesta.

De las cuatro bancas que Tucumán renovaba, el oficialismo apenas logró dos.
El objetivo era tres para conservar peso en Buenos Aires y sostener la negociación nacional.
No salió.

Y ahí no termina el problema: Jaldo no logró retener los territorios clave.
Perdió en San Miguel de Tucumán
Perdió en Yerba Buena
• Y estuvo a punto de perder Tafí Viejo, otro bastión de peso en el Gran San Miguel.

Ni acarreos, ni bolsones, ni promesas de empleo, ni “el Estado Presente” en pantalla LED por todos lados alcanzaron. La sociedad está cambiando, y el mensaje paternalista ya no convence como antes. El poder simbólico se está erosionando.

El detalle que duele: Jaldo queda casi sin diputados propios

Actualmente, el gobernador cuenta con tres diputados nacionales que responden a su conducción: Gladys Medina (renueva), Elia Fernández de Mansilla (termina el 10 de diciembre), y Agustín Fernández (finaliza el 10 de diciembre).

A partir del 10 de diciembre, si no hay volantazos, contará solo con uno:
Gladys Medina → La única que responde directamente a Jaldo.
Javier Noguera → Kirchnerista puro y duro. Anti Milei. No le responde al gobernador. ¿Asumirá?
Pablo Yedlin y Carlos Cisneros → Tampoco le responden.

Traducido:
Para negociar con Nación, Jaldo pasa de tener una bancada propia a una sola diputada.
Una. Singular. Unidad mínima.

Y con eso, ¿cómo plantarse frente al poder central?

La Libertad Avanza: el triunfo que nadie esperó

Mientras el oficialismo movía millones y el aparato provincial trabajaba a toda máquina, La Libertad Avanza crecía en silencio. Sin candidatos de renombre, sin intendentes aliados, sin estructuras municipales, sin billetera, consiguió el 35% de los votos y dos bancas nacionales.

La gente votó mensajes claros. No buscó términos medios. No buscó tibiezas. Buscó definición política. Y ahí estuvo la diferencia.

Otros derrotados de la noche
Roberto Sánchez (UCR): La avenida del medio terminó en banquina. El discurso “moderado” ya no enamora. La gente quiere saber de qué lado estás. Y él no lo definió.
Ricardo Bussi (Fuerza Republicana): Sacó uno de sus peores porcentajes históricos. Apostó de nuevo a jugar orbitando el peronismo. Hizo publicidad engañosa con Javier Milei. Perdió por partida doble.
Pablo Macchiarola (Yerba Buena): El intendente radical perdió su propia ciudad y el candidato al que apostaba: Sánchez. Dato político que pesa y que se siente dentro de su espacio.
Paula Omodeo y CREO: No habrían aceptado el segundo lugar dentro de LLA, rompieron el acuerdo y se quedaron sin nada. Otra prueba de que en Tucumán nadie gana solo.

En conclusión: El peronismo ganó en votos, sí. Pero perdió poder, perdió territorio, perdió capacidad de negociación y perdió narrativa. Quedó pegado al kirchnerismo, con Juan Manzur y Noguera. La Libertad Avanza, en cambio, ganó sentido político, representación parlamentaria y demostración de poder, convirtiéndose en el principal partido opositor al oficialismo local. .

La sociedad tucumana dio un mensaje claro: No quiere más discursos sin resultados. No quiere más aparatos gastándose a sí mismos. Quiere cambio. Quiere dirección. Quiere definición.

Y esto, lejos de cerrar una etapa, recién empieza. Se reconfigura el tablero. Se desacomodan las alianzas. Se abren nuevos conflictos internos. Con el resultado a nivel local y nacional, el peronismo se dio cuenta que vale más la calidad que la cantidad. ¿Se puede sumar?, sí, pero no cualquier cosa.

Lo que quedó claro es que el mapa político tucumano ya no es el mismo. El que no lo entienda, quedará mirando desde afuera.

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