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La tierra maldita y liberada de la provincia de Buenos Aires, donde el que dice gobernarla hace muchos años, esconde la cabeza bajo tierra como el avestruz cada vez que hay un hecho de inseguridad

Miles de asesinatos, tomas de tierra, robos violentos, muerte de inocentes, droga, narcotráfico y todo lo malo que se puedan imaginar, sucede en La Matanza.

El que se dice llamar intendente, Fernando Espinoza, ni siquiera vive allí. Gobernó el municipio desde 2005 hasta 2015. Luego desde 2019 hasta 2027. Tiene más de 1.100.000 ciudadanos bajo “su cuidado”. Es un peronista-populista que, lejos de mejorar la calidad de vida de su gente, la empeoró.

Espinoza, comenzó a escalar posiciones en su carrera política en La Matanza como chofer de Alberto Balestrini, su mentor y ex intendente del distrito. En el menemismo, fue secretario de la Juventud Peronista y en 1999 fue electo concejal y Presidente del Bloque en el Concejo Deliberante (durante dos mandatos consecutivos). En 2005, Balestrini asumió como diputado provincial y lo puso en su reemplazo como intendente. En 2007, Espinoza ganó las elecciones y se mantuvo en el cargo.

Además de mantener las condiciones de pobreza, desempleo y precariedad de la vida, en 2016 fue denunciado por Fernando Asencio (era parte del Concejo Deliberante de La Matanza), por malversación de fondos. Lo acusó de haber gastado $6.500 millones sin presentar ningún comprobante.

Décadas de Gobierno peronista en La Matanza, tan solo vieron empeorar las condiciones de vida de las mayorías, y las primeras respuestas a la crisis en curso muestran que si no les ponemos un freno, la profundizan.

TICHO para Sin Código Tucumán

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