Lejos de ser una película de terror, sucedió en CABA. Los delincuentes están presos y enfrentan 20 años de cárcel
En las últimas horas, la Justicia Nacional de menores procesó con prisión preventiva a la banda dedicada a torturar hombres, filmarlos y subirlo a internet. En el documento de 48 páginas elaborado por el Juzgado Nº1 de menores, se detalla una serie de testimonios, pruebas y detalles de cómo actuaba la organización de influencers que son, francamente, escalofriantes.
Es todo un submundo donde las vejaciones, humillaciones y golpizas llegan a límites por encima de lo humanamente tolerable. Además, queda en evidencia que todo funcionaba como un “divertimento” solo para generar contenido en redes sociales.
En cuanto a los acusados, cuatro de ellos son mayores y uno es menor. Todos tenían roles asignados. La mujer del grupo, que fue identificada como Yanina Mariel Rivarola, de 22 años, se dedicaba a “enganchar” a los hombres en redes sociales.
Por su parte, Alexander Ferreira Fruhwald, de 22, y Juan Segundo Cassiba, de 26, participaban de las golpizas. En cuanto al menor, que no será identificado, su rol era el de grabar. Por último está el líder de la organización delictiva: Brandon Joaquín Maldonado, alias “Brandom Lee” o “Brandom vives”.
Cómo operaba la banda delictiva
El modus operandi era siempre el mismo. La delincuente contactaba a un hombre a través de la App de citas “OkCupid” y comenzaba una charla, que luego seguía en WhatsApp. Finalmente, lo citaba en un departamento de alquiler temporario y, cuando la víctima estaba en el interior, aparecían los cuatro hombres para atacarlo.
Primero era privado de su libertad por largas horas, luego era golpeado cruelmente y, al mismo tiempo, era torturado de maneras abominables: le hacían comer excremento, tomar orina y le metían la cabeza en el inodoro. También le cortaban el pelo y lo obligaban a comérselo.
Todo esto lo transmitían en vivo mediante la aplicación Kick. La excusa era que el hombre era un supuesto abusador de menores, algo que, según siempre el documento judicial, no era así.
El caso que originó la investigación. Las aberraciones
El primer caso con el que cuenta la justicia sucedió el 3 de marzo. El hombre secuestrado se encontró indefenso adentro del departamento frente a sus agresores, Maldonado le puso pegamento en sus manos y se las juntó en forma de rezo, luego lo hizo arrodillar y le dijo “ahora sos pollo”. “Posterior a eso, le acercaron una botella de plástico de un litro y medio lleno de orina y lo obligaron a tomársela de forma ininterrumpida”, expresa el escrito.
Otro dato que figura en el expediente es que Rivarola, es decir, la joven de 22 años, se sacaba selfies con el hombre arrodillado mientras tomaba esa orina. Pero esto no es todo.
“El víctima continuó recibiendo todo tipo de insultos y humillaciones por parte de Maldonado, quien además le advirtió que defecaría en un recipiente y luego se lo haría comer. Efectivamente, Maldonado se retiró de ese ambiente y regresó minutos después con el mismo recipiente que contenía materia fecal. Luego obligó mediante gritos, insultos y amenazas a la víctima a que la comiera, dándosela él mismo en la boca con una cuchara mientras lo humillaba “haciendo el avioncito”. Además, lo obligaba a que manifestara que “estaba rica”.
Maldonado, luego, y valiéndose de la misma cuchara, “untó el resto de la materia fecal por el rostro y la cabeza del damnificado, que continuaba con sus manos pegadas”, dice el documento.
La tortura, transmitida en vivo, no terminó ahí. Luego condujeron a la víctima al baño y le hundieron varias veces la cabeza en el inodoro que contenía orina. “Esto generó que la víctima llegue a sentirse ahogada”, explica el Juez en su resolución.
Para finalizar esta parte de las torturas, tiraron a la víctima al piso, le levantaron la remera, y le dispararon con una arma de balines. Luego, le vaciaron en la cabeza un balde con escombros. Posterior a eso, le cortaron el pelo y lo obligaron a comérselo junto a salsa picante. En ese estado, le exigieron que se arrodille frente a ellos y les contara chistes que los hicieran reír, cante el himno y el “pollito pío”.
El infierno que estaba viviendo la víctima acaba de comenzar. Es que, antes de liberarlo, lo obligaron a desbloquear su teléfono celular y expusieron ante las personas que estaban viendo el vivo sus fotos, contactos y conversaciones.
Esto llevó a que una de las personas que estaba viendo el vivo, y no pertenecía a la banda, se comunique con la hermana de la víctima y le exigiera el pago de $75.000 para no difundir supuestos videos.
Después de todo este calvario, lo liberaron con una amenaza explícita “no levantes la mirada y salí corriendo”.
Cómo sigue el caso
Con los videos como pruebas, el testimonio de las víctimas y la propia confesión de uno de los acusados en indagatoria, el Juez Von Leers decidió procesar a todos y dejarlos detenidos por el delito de privación ilegítima de la libertad agravado por su comisión de violencia, amenazas, con la participación de tres personas y con la finalidad de obligar a la víctima a hacer y tolerar diversas conductas contra su voluntad y agravado por la participación de un menor de 18 años.
Todo esto los puede llevar a más de 20 años de prisión. Solo por el hecho de “generar contenido” como ellos mismos confesaron en indagatoria.