La doblemente condenada sabe que sufrirá un revés en la Corte Suprema por la Causa Vialidad y está cerca de quedar presa
Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner está en sus horas más oscuras. Atraviesa el peor momento de su carrera política y, posiblemente, esté cerca de su ocaso.
Más allá de lo político, el frente judicial la tiene arrinconada. La Corte Suprema de Justicia debe decidir si confirma su ya doble condena en la causa Vialidad, un caso de corrupción que la puede dejar presa, en su domicilio -por la edad-, durante seis años.
En un último intento para evitar lo inevitable, Cristina le pidió hoy a la Corte Suprema de Justicia de la Nación su absolución en la causa de Vialidad, en la que está condenada a seis años de prisión y a una inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Además, recusó para que intervenga en el caso a Manuel García-Mansilla, uno de los cuatro jueces del Máximo Tribunal que fue designado en el cargo por Decreto por el Presidente Javier Milei.
La Corte suele rechazar los recursos de queja. Este sería el peor escenario para la condenada. Cristina apuesta a victimizarse y sostener que es una perseguida política, que está proscripta. Que es algo a lo que ya tiene acostumbrados a los argentinos: victimizarse.
Pero, para su pesar, enfrenta el desenlace judicial cuando atraviesa un momento de debilidad política. A pesar de presidir el Partido Justicialista, varios gobernadores peronistas y un grupo de senadores resisten su liderazgo. Al mismo tiempo, Axel Kicillof, desconoce su conducción.
A pesar de la embestida de la ex presidente, y de Sergio Massa, para que las elecciones provinciales se realicen el 26 de octubre, la misma fecha de las nacionales, el gobernador bonaerense amenaza con desdoblarlas. Para eso, logró el apoyo de 44 intendentes del PJ y de muchos del radicalismo.
El juego perverso de la política
Javier Milei necesita a Cristina Kirchner para polarizar; y ELLA lo necesita a ÉL, y de la Justicia para victimizarse.
En el medio está la Corte, que ya se puede poner a analizar la condena de Cristina y sacarla del juego electoral -si confirma la condena antes del 17 de agosto- o darle tiempo para que se anote como candidata y obtenga fueros.
En cualquier caso, el ciclo de oro de Cristina Kirchner se ha evaporado.