Los repartidores en moto tienen que hacer de policías ya que éstos duermen en los laureles
Un grupo de 15 repartidores de una reconocida aplicación de delivery se solidarizó con un colega que había sufrido el hurto de su motocicleta en la localidad bonaerense de Ituzaingó, e hizo justicia por mano propia. Luego de divisar y atrapar al asaltante, lo golpearon en el rostro, lo maniataron y le exigieron que los conduzca hasta el domicilio donde se encontraba el vehículo. Finalmente, la víctima recuperó su herramienta de trabajo.
“Miren chicos, atrapamos a la rata que le robó la moto a un compañero”, se escucha decir al repartidor que filmó el traslado del ladrón, identificado como F.L., hasta la vivienda donde se encontraba el vehículo robado. “Le rompí bien la boca”, se jactó el delivery mientras conducía con el teléfono celular en una de sus manos.
Al llegar a la casa ubicada en la calle Cura Navarro, uno de los repartidores sujetó de las manos a F.L. y le estampó la cara contra la reja de una ventana. Mientras era insultado y recibía golpes en la nuca, el sospechoso -que exhibía heridas en su rostro– le suplicaba al dueño de la vivienda que entregara la moto de inmediato.
“¡Dame la moto que es mía! ¿Querés que te muestre la cédula también?”, se escucha decir al dueño de la moto robada durante la violenta secuencia, en tanto que sus compañeros lanzaban insultos al aire y exigían la devolución de la moto.
Una vez dentro de un pasillo de la casa, los repartidores entendieron que el dueño de casa era cómplice del ladrón y comenzaron a amenazarlo con una posible denuncia en su contra por robo de automotor. “¿Le sacaron las ruedas que no entregan la moto?”, indagó uno de ellos.
Tras varios minutos de tensión y discusión entre las partes, el propietario de la vivienda entregó la motocicleta.
Al ser notificados del hecho mediante un llamado al 911, personal del Comando de Prevención Hurlingham (CPH) se presentó en el domicilio donde se hallaba la moto robada y el dueño confirmó que unas 15 personas, todas a bordo de motocicletas y vestidas con uniformes de Pedidos Ya, se presentaron para reclamar la devolución del vehículo, una moto marca Mondial LD110.
Horas más tarde, familiares de F.L. se presentaron en la Comisaría 4a de Hurlingham para denunciar que su familiar había sido interceptado por un grupo de hombres que lo atacaron en defensa de su compañero de trabajo. En la dependencia policial también se apersonó el propietario de la motocicleta hurtada, a fin de solicitar el levantamiento del pedido de secuestro de su rodado porque ya lo tenía en su poder nuevamente.
La causa quedó en manos de la UFIJ N° 3 del Departamento Judicial de Morón, a cargo de la fiscal Valeria Courtade, quien abrió una investigación bajo la carátula “averiguación de ilícito” y dispuso que se realicen las medidas judiciales de rigor.