Tucumán vive un espectáculo natural que no necesita entradas ni butacas reservadas: una luna llena radiante, alta y generosa, que ilumina calles, plazas y cerros con un brillo espectacular
Este sábado, a las 20:15, el satélite alcanzó su fase de plenitud, mostrando su disco completo, limpio de nubes y adornado por un cielo invernal despejado. Según los astrónomos, esta es la tercera “superluna” del año: la órbita lunar está en perigeo, es decir, en su punto más cercano a la Tierra, lo que la hace verse un 14% más grande y un 30% más brillante de lo habitual.
Pero más allá de la ciencia, en Tucumán la luna de agosto también es motivo de miradas y suspiros. En barrios y pueblos, muchos aprovecharon para tomar fotos, salir a caminar o simplemente asomarse a la vereda con un mate en mano, como si la luz plateada viniera a recordarnos que la belleza más imponente es, muchas veces, gratuita.
La próxima luna llena será el 7 de septiembre, pero no tendrá la misma intensidad que la de esta noche. Por eso, quienes levantaron la vista al cielo este sábado saben que asistieron a un pequeño regalo cósmico, inolvidable.