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Ningún gobierno se hace cargo de los “viejos”. No tienen un mango y se mueren

Elvira Anaya tiene 90 años. Tiene una caja de cartón que carga en un carrito cuando camina en la Plaza Almagro, Buenos Aires, entre la gente que allí concurre. Ella abre la caja y les ofrece batitas de bebé y escarpines.

Todo lo teje ella misma, en su casa. Porque ella tiene casa, a cinco cuadras de la plaza. Un departamento de dos ambientes en el que vive con su sobrino, un señor que se llama Ricardo y no siempre la acompaña a la plaza. Elvira dice que se cuida sola y muestra las manos con las que teje las ropitas.

“Mirá cómo tengo los dedos, todos torcidos, es artritis. Pero no me alcanza la jubilación y las expensas están cada vez más caras, también la comida, los remedios… y por eso vendo las batitas. Las hago en 10 días, porque no tengo mucho tiempo: yo limpio mi casa, cocino, hago todo. Y me cuesta tejer porque me encorvo mucho sobre la panza y me duele. Me operaron de cáncer de colón hace un año… pero estoy mejor, creo. No sé si voy a tejer más. Pero mirá, mirá que están lindas para los chiquitos”, comenta.

Elvira trabajó desde los 18. En total fueron 32 años de empleada administrativa, entre la Marina y el Instituto de Pensiones Militares (IAF) y otros años más en una agencia de turismo. Hoy cobra un poco más que la jubilación mínima, pero como no le corresponde el bono que da el Gobierno a quienes cobran menos, dice que es como si cobrara la mínima, que en abril será de $ 241.216 (unos $171 mil de jubilación más $ 70 mil del bono).

En esa situación, de que no alcanza el dinero de la jubilación y hay que salir a “buscar el mango”, se encuentran muchos adultos mayores. De hecho marcan un “récord histórico”, según un estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA) sobre el escenario laboral de los últimos 20 años.

Una de cada tres personas, de 60 años o más se encontraba a diciembre de 2023 desarrollando actividades laborales de subempleo inestable, es decir trabajos temporarios de baja remuneración o changas”, explica Eduardo Donza, uno de los investigadores del informe, que se basa en una encuesta realizada el año pasado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA).

Lo que consumen los adultos mayores es diferente a lo que consume un adulto o un joven, detalla Donza. Los remedios son gran parte de su canasta básica que de acuerdo con la Defensoría de la Tercera Edad, a marzo de este año llegó en total a los $685.041. Solo los remedios, y según datos de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), aumentaron el 100% entre diciembre de 2023 y el primer mes de 2024.

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