¿Vos que preferís, que te mientan en la cara y luego hagan otra cosa o te digan la cruda realidad?
Según la Real Academia Española, la mentira es una «expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente.» El hecho de comunicar mentiras se llama mentir, y es utilizado por las personas para fingir, engañar, aparentar, persuadir o evitar situaciones.
La mentira de los políticos está mal pero, lamentablemente, ya está naturalizado en la población. No llama la atención que en las campañas electorales se mienta descaradamente, para luego hacer en el gobierno (si es que ganan) cualquier otra cosa.
La mentira se ha convertido, también, en un instrumento para hacer daño al opositor. Aunque dicha mentira luego sea descartada desde el punto de vista legal, la “picardía” ya hizo un daño electoral en el contrincante.
Con un ministro-candidato (Massa) que se vale de todos los recursos del Estado para su campaña electoral, estamos muy lejos de una competencia electoral sana y limpia. Porque si hay algo que debe ser el poder es un proceso eleccionario es neutral, para garantizar la competencia en igualdad de condiciones.
El ministro-candidato Massa, puede decir y prometer lo que se le ocurra pero tiene una desventaja electoral: la gente lo conoce desde hace años, sabe cómo fue su caminar en la política y, actualmente, lo conoce muy bien como es gobernando, sus aciertos y sus errores. Porque aunque Massa lo niegue, él es el actual responsable del Gobierno. Él es el único que ostenta el poder y toma las decisiones. ¿En que puede cambiar si gana las elecciones?. Qué mejor campaña para ganar que hacer bien las cosas ahora y que la gente empiece a vivir un poco mejor. La falta de insumos médicos y demás para la industria argentina seguirán agravándose si el señor Massa gana las elecciones. Si no, no se entiende por qué no se hace ahora.
El candidato Mieli promete muchas cosas, las cuales en su mayoría son difícilmente realizables (al menos en corto o mediano plazo). Hay muchas cosas que dice que va a hacer por una cuestión de conquistar al electorado. Pero, Milei tiene una gran ventaja con respecto al otro candidato: no tiene historia política, es una incógnita. Más allá de los cuestionamientos psicológicos que se le hagan, el hombre es “virgen” político. No se puede predecir cómo puede llegar a gobernar y hasta qué punto está mintiendo. Uno de sus errores electorales es haber sido muy frontal y contar crudamente lo que haría de llegar a la presidencia. Parece que sus consejeros le pidieron lo contrario: no ser tan crudo y vender un poco de humo.
¿Será que a los argentinos les gusta que les mientan?. Ya se verá el próximo 19 de noviembre cuando gane las elecciones el candidato ¿que mejor mienta?.
TICHO. para SIN CODIGO TUCUMAN