Se trata de Sergio Tripolone, un delincuente que demostró que nunca cambiará. No debería salir jamás de la cárcel. Se lo buscaba desde hace dos años tras haber sido condenado
Se llama Sergio Tripolone y uno de los delincuentes más peligrosos de Tucumán. Se había escapado de la provincia hace más de dos años, fue recapturado en un country en la cual se escondía, en la provincia de Córdoba.
Desde su fuga, que se concretó aprovechando que estaba con salidas de semilibertad para trabajar, la Justicia le seguía los pasos y lo buscó en distintos lugares hasta que logró detenerlo en la “Docta”.
La historia criminal de Sergio Gustavo Tripolone, en Tucumán, está marcada por la violencia, la reincidencia y una constante evasión de la Justicia. Sus problemas con la ley se remontan al año 2007, cuando su nombre se ligó a uno de los hechos más graves de su historial: el crimen de Ramón Paz, un empleado de Vialidad. Tras una trifulca en un sindicato, Tripolone fue investigado y finalmente condenado, aunque sólo por tentativa de homicidio, a 8 años de prisión.
La causa se demoró por más de una década, en gran parte debido a las dos fugas que protagonizó durante el proceso judicial, demostrando ya en ese entonces su habilidad para evadir el castigo. Con el tiempo, su prontuario se engrosó, siendo acusado de liderar una asociación ilícita que se dedicaba al robo de vehículos, sustraídos en provincias como Córdoba y reingresados a Tucumán con patentes falsas para su venta.
Un episodio que grafica su accionar delictivo ocurrió antes de 2013, cuando la policía logró interceptarlo en un operativo que frustró lo que se creía sería un “gran golpe”: el asalto al hijo de un empresario de Leales, junto a su banda. A pesar de su detención en el Penal de Villa Urquiza por la tentativa de homicidio, su influencia y la actividad delictiva de su entorno persistieron. Incluso en abril de 2021 su hijo fue aprehendido como parte de una banda que realizaba “escruches” (robos domiciliarios) en Yerba Buena.
El capítulo más reciente se dio en agosto de 2023, cuando la Justicia emitió una orden de captura vigente en su contra por la condena de tentativa de homicidio. Esta orden se activó luego de que Tripolone, quien gozaba del beneficio de salidas con tobillera electrónica, violara el arresto y se fugara luego de romper el dispositivo. Tras su escape, su rastro se siguió hasta Santiago del Estero, donde, junto a su hijo, fue relacionado con un robo millonario a un empresario, y también con una serie de estafas en localidades cercanas al límite tucumano, a través de la venta de vehículos robados.
Desde entonces era seguido por la Justicia. El Juez de Ejecución de Sentencia Gonzalo Ortega había ordenado distintas medidas para tratar de localizarlo y desde hace tres meses sospechaban que se encontraba en Córdoba. Finalmente, tras un allanamiento solicitado por Ortega, mediante un exhorto, y en el que intervino personal del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales de Tucumán, se logró su detención. Según se supo, en la casa del country donde estaba viviendo se encontró documentación personal falsificada y 100.000 dólares. Además se le secuestró el celular.
Ortega ahora trabaja en el oficio de extradición, y luego será trasladado a nuestra provincia, donde será alojado directamente en el Penal de Benjamín Paz. Además se deberá hacer un nuevo cómputo de la pena, que por el delito que estaba condenado, iba a cumplir en mayo del próximo año. Pero como se escapó, los plazos de prisión se extenderán. También será puesto a disposición de la Justicia tanto en Santiago del Estero como en Córdoba, donde se lo investiga por distintos tipos de delitos.
Con información de Juan Manuel Montero
