Los trastornos de ansiedad, depresión u otros, presentan mayor prevalencia en mujeres, según la Organización Mundial de la Salud, que insta a ampliar el acceso y mejorar la respuesta de forma urgente
Más de mil millones de personas en todo el mundo viven con trastornos de salud mental, según los datos recientes de dos informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una cifra creciente, entre 2011 y 2021.
De esos mil millones, la prevalencia en las mujeres es de un 14.8% y en los hombres, de un 13%.
Afecciones como la ansiedad y la depresión no solo afectan a personas y familias, sino que también generan un impacto económico global considerable. La OMS subrayó la urgencia de ampliar y reformar los servicios de salud mental, e insistió en que la atención en este ámbito debe considerarse un derecho fundamental.
Los informes “Salud mental mundial hoy” y “Atlas de Salud Mental 2024” de la OMS revelaron que los trastornos de salud mental constituyen la segunda causa más importante de discapacidad a largo plazo. Estos trastornos afectan a personas de todas las edades y niveles de ingresos, con una alta prevalencia en todos los países y comunidades.
“Transformar los servicios de salud mental es uno de los desafíos más urgentes para la salud pública”, afirmó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Datos del informe “La salud mental mundial hoy”
Según la publicación “Salud mental mundial hoy”, “las enfermedades mentales están muy extendidas, no reciben tratamiento suficiente y carecen de recursos”.
Algunos datos que demuestran estas afirmaciones:
- Una de cada 7 personas en todo el mundo vive con un trastorno mental
- 71% de las personas con psicosis no reciben servicios de salud mental
- 1.4 % o menos de los presupuestos de salud en los países de ingresos bajos y medianos, en promedio, son para salud mental.
Además, el informe mostró que, si bien la prevalencia de los trastornos de salud mental puede variar según el sexo, las mujeres se ven afectadas de forma desproporcionada en general. “Los trastornos de ansiedad y depresión son los más comunes tanto en hombres como en mujeres”, explicó la OMS.
En este punto, el informe señaló que la pandemia de COVID-19 agravó las diferencias de género.
El Estudio de la Carga Global de Enfermedades (GBD, por sus siglas en inglés) de 2020 estimó un incremento del 29,8 por ciento en el trastorno depresivo mayor y del 27,9 por ciento en los trastornos de ansiedad entre las mujeres en 2020, en comparación con aumentos del 24 y 21,7 por ciento entre los hombres, respectivamente.
Según el informe “La salud mental mundial hoy”, se estima que los varones presentan con mayor frecuencia trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastornos del espectro autista, trastorno del desarrollo intelectual idiopático y otros trastornos mentales.
En las mujeres son más frecuentes los trastornos de ansiedad, los trastornos depresivos y los trastornos de la alimentación. A partir de los 40 años, los trastornos depresivos se presentan con mayor prevalencia que los trastornos de ansiedad, alcanzando su punto máximo entre los 50 y los 69 años, según el informe.
Entre los jóvenes, el informe de la OMS indicó que, en 2021, alrededor del 7 por ciento de niños entre 5 y 9 años y el 14 por ciento de adolescentes entre los 10 y los 19 años padecían un trastorno mental. Según precisó, alrededor de un tercio de los trastornos mentales presentes en la edad adulta se desarrollan antes de los 14 años; la mitad aparece a los 18 años; y casi dos tercios a los 25 años.
En 2021, alrededor del 14% de los adultos mayores, de 70 años y más, vivían con un trastorno mental, principalmente trastornos depresivos y de ansiedad, señaló el informe.
El impacto humano de estos trastornos se refleja en las cifras de suicidio. En 2021, aproximadamente 727.000 personas murieron por esta causa, situando al suicidio entre las principales causas de muerte entre jóvenes a nivel global.
A pesar de los esfuerzos internacionales, el ritmo de reducción de la mortalidad por suicidio es insuficiente para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU, que busca reducir en un tercio las tasas de suicidio para 2030. Si la tendencia actual se mantiene, solo se lograría una disminución del 12% para esa fecha, advirtió la OMS.
El costo económico asociado también es significativo: la depresión y la ansiedad, por sí solas, representan una pérdida anual de USD 1 billón para la economía mundial, debido a la reducción de la productividad. Además, los gastos directos en atención médica aumentan la carga financiera sobre las familias y los sistemas de salud.