Es Juan Carlos Molina, quien fue titular de la Sedronar entre 2013 y 2015. Es el creador de una fundación que contiene a niños sin familia y adolescentes vulnerables. El último año fue uno de los principales opositores al gobernador Claudio Vidal
El sacerdote Juan Carlos Molina será el principal candidato a diputado nacional, de la lista de unidad que alcanzó en las últimas horas el peronismo, de la provincia de Santa Cruz.
Octubre será su primera prueba electoral y su rol en la Cámara de Diputados, su segunda incursión de lleno en la política, después de haber conducido durante dos años de “la década ganada” -entre 2013 y 2015- la secretaría de lucha contra las adicciones, conocida por sus siglas: SEDRONAR.
“Cristina fue la primera que apoyó mi candidatura cuando me lo pidieron los compañeros y compañeras de Santa Cruz. Parece que fui elegido como punto de unidad. Yo, la verdad, no lo esperaba ni lo busqué pero entiendo que en estas circunstancias del país y en especial de nuestro lugar, no podía decir que no ni hacerme el distraído”, reconoció Molina, en referencia al acuerdo al que llegaron el Partido de la Victoria, Kolina, el Partido Justicialista y el Instrumento Electoral por la Unidad Popular, las fuerzas que confluyen en el peronismo santacruceño.
“No fue el dedo de Cristina, creo que fue el dedo de Francisco. En Santa Cruz me conocen por mi trabajo, por abrir escuelas, por ir al frente, por defender a los más humiles. Creo que mis virtudes son esas, y que no soy resistido y soy querido por mucha gente de la provincia”, comentó el sacerdote.
Molina, de 58 años, nació en Chillar, provincia de Buenos Aires. Hace 25 años, lo destinaron como cura a la Patagonia. Desde ese entonces está en Cañadón Seco, Santa Cruz, donde creó la primera casa de la Fundación Valdocco, nombre que recuerda al barrio de Turín, Italia, donde comenzó su obra Don Bosco. El trabajo social del sacerdote patagónico se reparte en cuatro casas de Valdocco: una en ese pueblo, otra en El Calafate más una en el Impenetrable chaqueño y otra en Haití.
En 2024, Valdocco atravesó un conflicto con el gobierno provincial, que la investigó por irregularidades en la fundación. La causa naufragó pero puso a Molina en el centro del debate político de la provincia, tanto que provocó la intervención del Papa Francisco, quien le envió una carta de puño y letra.
Molina hasta ahora se había comportado como un militante periférico a la actividad política partidaria -sin negar jamás su pertenencia al peronismo y su vínculo personal con CFK- pero seguramente desde diciembre deberá incorporarse a la formalidad del Poder Legislativo.
“Me saca de mi comodidad pero responde a lo que yo siempre digo: no hay que sacarle el culo a la jeringa. Mi agenda en Diputados seguramente gire en torno a lo que pase en Santa Cruz, la salud mental, las problemáticas de la niñez, la baja de la edad de imputabilidad, la educación, las drogas, la falta de laburo, la pobreza”, adelantó Molina.
Respecto de las problemáticas que ve en su provincia, indicó que “el turismo está hecho pedazos, pero más que el hotelero me preocupa la mucama, el jardinero. También los mineros del carbón sin trabajo, el salario de los maestros, a quienes les prometieron sueldo de petrolero y no llegan a fin de mes”.
Molina comenzó su relación con el kirchnerismo cuando era director de una escuela rural de la provincia. Por su trabajo social conectó con Néstor y con Cristina, también con Alicia Kirchner, que siempre estuvo encargada de la política social. En 2006 jugó un rol importante durante el conflicto petrolero que se cobró la vida del policía Jorge Sayago y medió en más de una oportunidad en un reclamo del sector a YPF.
“Mi trabajo es territorial, soy un tipo que labura con los pibes que nadie quiere, por abrir escuelas y la resiliencia. Eso es lo que me hace querido”, sintetiza Molina.