Tucumán primero… ¿o Masso el ministro más cuestionado primero?

El gobernador Jaldo desempolvó el manual de la vieja política. Todo parece valer mientras sume votos. No importarían antecedentes ni ideologías. Hay que mantenerse en el poder. La incorporación de Libres del Sur, cuyo líder es Federico Masso, al frente peronista, explicarían muchas cosas

En Tucumán, la política parecería seguir girando en la misma calesita de siempre: las mismas caras, las mismas prácticas, las mismas sociedades de conveniencia. La reciente confirmación de la alianza electoral entre el gobernador Osvaldo Jaldo y Federico Masso, actual ministro de Desarrollo Social y líder del movimiento piquetero Libres del Sur, es apenas otro capítulo de una historia vieja.

Masso es un viejo conocido de la política tucumana. Con una imagen pública más negativa que positiva, ha sabido acomodarse a diferentes gobiernos y cargos según el viento que soplaba. En 2023, Jaldo lo nombró ministro, en un gesto que sorprendió a muchos. Poner a Masso a cargo de Desarrollo Social sería, para muchos, como poner al lobo a cuidar el gallinero.

En este año y medio que va de gestión, el ministerio que dirige no estuvo exento de polémicas. En al menos dos oportunidades, se descubrió mercadería oficial -bajo su órbita- en manos de punteros políticos que estarían ligados al oficialismo. La sospecha es simple: distribución clientelar con fines electorales o venta. ¿Cuántos casos más habrá que no llegaron a la luz pública?

Más grave aún es lo que ocurre en el Instituto María Goretti, también dependiente de su cartera. Allí, días atrás, una menor internada se habría quitado la vida. No es el primer caso que genera sospechas dentro de ese lugar. Las investigaciones suelen comenzar con fuerza y terminan, como tantas veces en Tucumán, en la nada. Si hay culpables, rara vez son los de arriba.

Mientras todo esto sucede, el gobernador Jaldo sostiene a Masso en su cargo, a pesar de las críticas y el desgaste público. ¿Por qué? La respuesta llegó este viernes: Libres del Sur se suma al frente electoral del oficialismo. El acuerdo político ya habría estado en marcha, y la transferencia de fondos lo confirmaría. Según reveló el medio Sin Código Tucumán, durante 2024 el gobierno provincial transfirió alrededor de $149 millones al partido de Masso a través de subsidios mensuales, avalados por decretos firmados por el propio Jaldo y su ministro de Gobierno, Regino Amado.

El esquema sería: ¿conveniencia política por encima de la ética? La vieja política en su máxima expresión. Los votos, al parecer, valdrían más que la integridad.

Masso, además de ministro, fue líder piquetero. Su historial lo muestra como un hábil tejedor de acuerdos, más preocupado por mantenerse cerca del poder que por representar a los más vulnerables. Y Jaldo, con tal de sumar estructuras que le aseguren apoyos, lo estaría sosteniendo. ¿Dónde queda el famoso Tucumán Primero?

¿Vale todo para conservar el poder? ¿Seguiremos premiando con cargos a quienes reparten bolsones como si fueran votos? ¿Hasta cuándo la provincia será rehén de estos acuerdos de escritorio, donde las necesidades reales de la gente no figuran?

Estamos conmemorando el 25 de Mayo, una fecha que nos recuerda que hubo un tiempo en que los habitantes de estas tierras decidieron romper con lo que los ataba. Dijeron basta. Querían elegir, no obedecer. Soñaban con libertad y dignidad.

Hoy Tucumán necesita exactamente eso: coraje para decir basta. Basta de funcionarios reciclados. Basta de acuerdos oscuros. Basta de pensar en elecciones mientras crecen la pobreza, la inseguridad y la desconfianza.

Es hora de dejar atrás a quienes solo piensan en mantenerse en el poder. Es hora de elegir con libertad, como lo hicieron aquellos hombres y mujeres de 1810. Porque no hay futuro posible si seguimos repitiendo los errores del pasado.

TICHO para SIN CODIGO

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