La versión oficial es que falleció por meningitis, pero la familia asegura que murió por los golpes que recibió. La Justicia sospechaba que el preso había sido víctima de torturas
“Me quieren matar, me quieren matar. Me prometieron que del domingo no iba a pasar”, ese es el último audio que le envió a sus familiares un preso que falleció este jueves a la madrugada. El informe oficial sostiene que falleció por meningitis, pero la Justicia había dispuesto un hábeas corpus por la supuesta golpiza que había sufrido días antes de morir. “A mi hermano lo mataron a golpes, no tengo dudas. Por eso ni siquiera le quieren hacer la autopsia”, explicó Katherin Ruiz.
Wilson Ruiz tenía 27 años y estaba cumpliendo una condena de tres años por robo, en el Penal de Villa Urquiza. Según el relato de sus parientes, la primera golpiza la recibió el miércoles pasado. “Todo fue porque le habían robado el celular que nosotros le habíamos llevado y que los internos pueden tener para comunicarse, algunos días y en ciertos horarios”, destacó la hermana del joven.
Al enterarse de lo que había sucedido, junto a su abogado Roberto Armando Sadir, solicitaron una audiencia para denunciar el caso y solicitar medidas de protección a través de un Habeas Corpus. El jueves 9 de abril, el Juez de Ejecución Gonzalo Ortega había ordenado a las autoridades del Servicio Penitenciario a brindar un informe sobre su estado de salud, y que se tomaran las medidas correspondientes para protegerlo.
“Nada de eso se cumplió. El estaba en la Unidad 1 y lo pasaron a la Unidad 2, que es la más peligrosa”, relató Katherin. “Según nos contaron sus compañeros de encierro, le siguieron pegando todos los días y hasta la pusieron en el ‘Chanchito’ (celda de castigo)”, añadió.
“El domingo, que es día de visita, los internos con sus familiares comenzaron a gritar para que lo atendieran. Sabían que estaba mal. De ahí lo llevaron al Hospital Avellaneda donde los efectivos dijeron que había sufrido lesiones por un síndrome de abstinencia”, destacó la hermana del fallecido. “Los detenidos, y sus parientes, nos dijeron que tenía toda la ropa ensangrentada, pero cuando lo vimos tenía colocadas prendas con aroma a suavizante, algo que no existe en el penal”, añadió.
El preso, por la gravedad de las lesiones que presentaba en su cabeza, fue derivado al Hospital Padilla, donde falleció. “En el Padilla hubo varias irregularidades. La primera era que lo ingresaron como un paciente normal, cuando en realidad era uno del penal. En la historia clínica no hay muchos detalles, sólo que no tenía fiebre y que presentaba numerosas lesiones internas. Después nos informaron que tenía meningitis”, relató.
El Juez Ortega ordenó, una vez más, que se realizaran medidas para investigar el caso. En esta oportunidad pidió, además, un nuevo informe del médico forense y que se secuestraran las historias clínicas. Basaba su pedido porque la médica del penal habría informado que Ruiz estaba lesionado por los golpes y, el de la Policía, que su deceso se había producido por una infección viral.
“Ante la posibilidad cierta de estar en presencia de apremios ilegales y tortura por parte del personal de guardiacárcel de la Cárcel de Villa Urquiza, en perjuicio de Ruiz, solicito se extraigan copias y se de intervención al Ministerio Público Fiscal, a fin de instruir las actuaciones necesarias y de rigor a fin de establecer posibles responsabilidades”, señaló en la resolución el magistrado.
“El problema ahora es que nadie quiere hacerle la autopsia. Los guardiacárceles en patota nos están presionando para que firmemos un papel y así podamos retirar el cuerpo de mi hermano que está en la morgue del Padilla”, indicó la hermana del fallecido. “No lo haremos hasta que la Justicia actúe. Supuestamente debe intervenir el fiscal Carlos Sale, pero hasta el momento, según tenemos entendido, no le informaron de este caso”, finalizó.
Con información de Gustavo Rodríguez