Tucumán: el Municipio de Tafí Viejo baja la cabeza y vuelve al pacto fiscal para pagar sueldos

“Vuelve el perro arrepentido, con su rabo entre las piernas”, dice el refrán. La Ciudad de Tafí Viejo, de Javier Noguera y Alejandra Rodríguez -su esposa- con dificultades para pagar sueldos vuelve a tocarle la puerta al Gobierno provincial para que se haga cargo de sus cuentas, no sin antes echarle la culpa al Presidente Javier Milei. Cero autocrítica de los que dirigen el Municipio

Por SIN CODIGO

La autonomía financiera de Tafí Viejo duró poco. Tras meses de discursos encendidos contra el Gobierno provincial y de promesas de independencia en el manejo de los fondos, la intendencia, a cargo de Alejandra Rodríguez, terminó por reconocer lo que era evidente: con una aparente mala administración de los recursos propios, no podía garantizar el pago de salarios a los empleados municipales.

El Municipio se vio obligado a reingresar al Acuerdo Fiscal mediante el Decreto Nº2496/3, que en los hechos significa entregar nuevamente la administración de sus cuentas a la Provincia. El giro dejaría en claro que la gestión local, encabezada por la intendente Alejandra Rodríguez, no habría logrado sostener lo que había proclamado como un “modelo de autonomía municipal”.

En la práctica, el regreso al Pacto Fiscal implica:
• La cesión de recursos de coparticipación.
• La prohibición de tomar créditos sin aval de la Provincia.
• La obligación de reducir el gasto en un 20%.
• La imposibilidad de aumentar la planta de personal o salarios sin autorización provincial.

Se trata de una vuelta atrás con todas las letras, que no solo desnudaría la debilidad económica de “La Ciudad del Limón” sino también las dificultades de cumplir con la principal obligación de cualquier Administración: garantizar los sueldos de sus trabajadores.

La HIPOCRESÍA de los políticos

El contraste es llamativo: hace apenas unos meses, desde Tafí Viejo se acusaba al Gobierno de Osvaldo Jaldo de centralizar recursos, de discriminar a Municipios opositores y de poner trabas al desarrollo local. Hoy, la misma Administración que agitaba banderas de independencia vuelve a pedir auxilio, entregando buena parte de su margen de decisión política y financiera.

En paralelo, siguen vigentes las disputas por deudas cruzadas: mientras la Provincia reclama a Tafí Viejo unos $13.500 millones, la Municipalidad asegura que el Gobierno provincial le debe alrededor de $18.000 millones por servicios prestados en salud, seguridad y educación. Sin embargo, el regreso al Acuerdo Fiscal deja en suspenso cualquier reclamo de mayor autonomía.

La convivencia forzada en tono electoral

En año electoral, el movimiento también tiene una lectura política: el peronismo tucumano necesitaba mostrar unidad tras varias internas, y la claudicación de Tafí Viejo actúa como una señal de alineamiento con la conducción provincial. Es bien sabido que Javier Noguera y Osvaldo Jaldo tienen diferencias irreconciliables. La incorporación del ex intendente de Tafí Viejo en la lista de diputados nacionales, por el oficialismo tucumano, fue una jugada obligada por la unidad. Pero, es sabido que de resultar electo Noguera -que es lo único que busca- volverán las rencillas con el gobernador.

Al final del día, lo que queda expuesto es que una supuesta “mala administración” no pudo sostener un camino propio. Y que, sin control real de sus cuentas, Tafí Viejo terminó resignando autonomía y dependiendo nuevamente de la Provincia para mantener en pie la gestión.

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