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La familia del agresor, Matías Guiñazú, dio detalles estremecedores sobre el vínculo que tenía la pareja

El hecho ocurrió este domingo en la localidad bonaerense de Merlo. La víctima, Soledad Ibáñez, recibió al menos 25 puñaladas, 13 de las cuales fueron por la espalda por parte de su pareja Guiñazú.

La detención del sospechoso quedó registrada por el celular de uno de los policías. En una parte, se lo puede ver al atacante momentos previos a su arresto, al lado del cadáver de la víctima y con un cuchillo en su mano derecha.

Posteriormente, fue trasladado al hospital Héroes de Malvinas, con heridas en el pecho y el abdomen, ya que intentó quitarse la vida. Los médicos lo operaron y este miércoles seguía internado.

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El caso es investigado por la fiscalía 12 de Morón, a cargo de María Laura Cristini. La causa fue caratulada como “homicidio agravado por el vínculo” y prevé una pena de prisión perpetua.

“Estaba en el fondo de mi casa y escuché gritos. Pensé que Soledad gritaba porque le pasaba algo a ´Berta´ (madre de ella). Me acerqué a la reja y grité ¿qué pasa, qué pasa?”, dijo un vecino testigo del hecho.

En ese momento, desde la ventana, fue cuando observó la aterradora escena. “Soledad estaba pidiendo ayuda, pero no le salían las palabras. Luego veo que él la ahorca y me llama. Me dijo: ´Vení, pasá, así te muestro cómo la mato´”,contó.

“Le empecé a gritar que la soltara y ahí vinieron cinco vecinos. Uno de ellos rompió la puerta con un palo y entró. Le pegó un palazo para que la largara, pero no se pudo hacer nada. Estaba sacado, estaba endemoniado”, continuó.

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Además, manifestó que nunca había tenido problemas con el femicida. “No lo podía creer, era un muchacho con el que siempre nos prestábamos herramientas. Jamás en mi vida viví algo así”.

Matías y Soledad fueron a la escuela juntos y de grandes se reencontraron. Hace un año estaban en pareja y vivían en la casa de “Berta”, la madre de la víctima, quien al parecer no estaba en el lugar cuando ocurrió el ataque. Cuando alguno de los dos se iba a trabajar, el otro se quedaba con ella para cuidarla.

“No me da el coraje para pedirle disculpas a ´Berta´, porque la realidad es que le dije que no lo deje vivir con ella. Si Soledad no lo quería más, no era justo para su hija. Ella no quiso escucharme”, sostuvo Cintia, la hermana mayor del femicida.

Además, reveló que Matías tenía una restricción perimetral, aunque pese a esto siguieron viviendo juntos. “No entiendo cómo pasó de hacer pan casero a matar a Soledad”, aseguró con estupor Cintia.

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