NOVEDADES

El gobernador tucumano pasó su primer año sin sobresaltos -económicos- a costa de su alineación con el Gobierno Nacional, pero tampoco destacó por cambios importantes en la provincia

Osvaldo Jaldo finalizó su primer año de gestión tranquilo. Pagar los sueldos al día le posibilitó la tan ansiada paz social.

Fue inteligente el hombre, alinearse a Javier Milei -y ayudarlo con el voto de tres diputados tucumanos en el Congreso para habilitar leyes importantes- le posibilitó ordenar la macroeconomía de la provincia, y garantizar el mantenimiento de un flujo de dinero de Nación -disminuido con respecto al Gobierno anterior- pero que le permitió pagar sueldos en tiempo y forma.

Pasó un año sin grandes obras, salvo finalizar parte de la cárcel de Benjamín Paz -que había comenzado en la gestión anterior- y la alcaldía de Delfín Gallo. También, la repavimentación y reconstrucción de la Ruta Provincial N°307, en el tramo que conecta Ampimpa con el acceso a Amaicha del Valle, y de la Ruta Provincial N°357 hasta su intersección con la Ruta Nacional N°40 -obras iniciadas en el Gobierno anterior-.

En lo político, Jaldo logró -al menos públicamente- alinear al peronismo con responsabilidad institucional, bajo su liderazgo. Era algo lógico porque todos ellos -intendentes, delegados comunales, concejales- dependen de su lapicera para recibir “fondos frescos”. Imagínate ser un delegado comunal y desconocer la autoridad del gobernador, se “corta el chorro” y chau delegado. La verdad “de la milanesa” se verá este 2025 en las elecciones de medio término.

Todo esto, para el ciudadano común que no se involucra en política, para el Gobierno de Nación y para el periodismo partidario local es un logro y es suficiente. NO ES ASÍ.

Los ciudadanos tucumanos, de bien, esperan mucho más de un gobernador. Esperan transformaciones profundas que saquen a una destruida provincia, con instituciones corruptas, de la pobreza en que se encuentra. ¿Qué no hizo Jaldo y si lo hiciera marcaría la diferencia?: 1- Combatir la corrupción enquistada, por años, en el Estado. Solo en los ministerios que dependen del Ejecutivo, si se eliminase el 50% de la corrupción, habría dinero para construir la autopista Tucumán-Termas del Río Hondo, o la autopista del Camino del Perú -entre Avenida Belgrano y Tafí Viejo; o hasta se podría construir el famoso Centro Cívico que había anunciado el impresentable Juan Manzur. 2- Eliminar entes inservibles que solo sirven para acomodar “compañeros”. Por ejemplo, la Defensoría del Pueblo, y otros entes reguladores que solo están para “blanquear” plata del Estado. 3- Como líder provincial y “señor feudal”, pedir a la Legislatura que baje su exorbitante gasto innecesario, para dejar de ser famosa solo por ser la más cara del país. 4- Echar sin vueltas a ministros y secretarios que son inoperantes y ¿corruptos?. La amistad va por un lado y la gestión por otra. 5- Trabajar para que los devaluados legisladores aprueben leyes que los tucumanos claman desde hace años: Acceso a la Información Pública. Ficha Limpia. Reforma Política con eliminación de los acoples.

Los tiempos han cambiado. La sociedad ha despertado. En las últimas elecciones ha ganado La Libertad Avanza en tierra “peruca”. La gente no se “banca” la tibieza, la hipocresía, el doble discurso. No son épocas donde en el discurso se dice estoy con Dios -golpeándose el pecho- y luego hago trato con el diablo. El ciudadano está intolerante. El gobernador Jaldo debería tener una buena lectura de la realidad y no la que le cuenta el dirigente. El pueblo es soberano, al menos el día de las elecciones. Cuidado porque ni los acoples que se niegan a eliminar, ni los bolsones de Desarrollo Social y ni los operativos de Salud los van a salvar del veredicto de las urnas.

TICHO para SIN CODIGO

COMPARTIR NOTICIAS

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *