El objetivo es frenar a los médicos que prescriben operados por laboratorios
Desde el Gobierno siempre sostuvieron que el espíritu de la nueva norma apunta a controlar la prescripción de los medicamentos de alto costo -que sí tienen un control directo de las entidades-. Sin embargo, el texto tal como está mete en la misma bolsa a todos los medicamentos. No discrimina. Y en las prepagas admitieron que la resolución oficial servía también en el sentido más amplio, para evitar abusos.
Ahora, a partir de las dudas surgidas, la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) adelantó que la norma en cuestión “será ampliada en los próximos días mencionando el conjunto de enfermedades definidas como de alto precio o catastróficas, entre las cuales se encuentran las oncológicas graves, enfermedades poco frecuentes, trasplantes, atrofia muscular espinal, ELA y enfermedades fibroquística, entre otras”.
En este sentido, desde la SSS dijeron que la nueva medida “no representa ninguna modificación en los medicamentos, tratamientos o atención médica de la gran mayoría de los argentinos que utilizan el sistema de salud”.
Una fuente de la industria de las prepagas apuntó a lo que considera el corazón de la medida, algo que muchos sostienen pero nadie puede probar: “La industria opera incentivando médicos, que no figuran en cartilla, para que prescriban determinados medicamentos. Este es el núcleo que busca atacar la decisión oficial. Los profesionales que no están contratados por las prepagas son más operables por la industria, vía fundaciones, asociaciones de pacientes o directamente con laboratorios que pagan por paciente”.
Luego de esta serie de dudas alimentadas por la propia resolución desde el momento de su publicación en el Boletín Oficial, fuentes del Gobierno dijeron que se dictará una nueva resolución aclaratoria de la primera para acotar la cuestión, en definitiva, sólo a las drogas de alto costo.