También declaró: “van a terminar muertos (los delincuentes) cuando enfrenten a la policía”
Probablemente, los dichos de Joaquín Girvau -Jefe de la Policía provincial- sea el pensamiento de la mayoría de los ciudadanos pero, que lo diga una autoridad de las fuerzas de seguridad, alguien que porta armas y tiene a su cargo combatir el delito, es alarmante. Argentina tiene una época oscura, y discutible, de abusos, desapariciones, matanzas a la que esperamos jamás se repita. Tucumán tiene, también, su historia con el Comisario “Malevo” Ferreyra –Mario Oscar «el Malevo» Ferreyra fue un policía argentino que en 1994 fue condenado a 20 años de prisión por el asesinato de tres presuntos delincuentes. También fue conocido por haber sido partícipe del terrorismo de Estado y haber reprimido, en la provincia de Tucumán, durante la última dictadura militar. Prófugo de la Justicia, arrinconado por la Policía, se suicidó-. De ninguna manera se quiere comparar a Girvau con militares o Ferreyra pero lo que se quiere hacer notar es que hay que tener mucho cuidado con las declaraciones que se hace desde un cargo público.
“Los delincuentes nacen y mueren delincuentes“, “no conozco a uno que se haya reinsertado en la sociedad”, “van a terminar muertos cuando enfrenten a la policía”. Son las declaraciones públicas del líder policial, del gobernador Osvaldo Jaldo, para justificar una serie de megaoperativos “preventivos” y “antidrogas” que terminaron con al menos 200 personas aprehendidas.
El comisario confirmó que los operativos “preventivos” seguirán “cada vez con más frecuencia“. Jaldo los equipó para eso: en las últimas semanas incorporó 4.500 chalecos, 100 motos, 53 camionetas, además de pistolas, escopetas y municiones para utilizar en los allanamientos.
Fernando Korstanje integra la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura (CPPT), mecanismo local del Comité Contra la Tortura Nacional, y pasó la noche del viernes pasado de recorrida por diversas comisarías de Tucumán. “Estuve hasta las dos de la mañana visitando lugares. Hubo más de 200 detenciones y pudimos recabar 40 testimonios. Entraron a las casas a patadas con allanamientos ilegales para hacer secuestros sin mediar palabras”, contó.
“Son razzias. Se llevan motos, televisores, bicicletas y dinero, en algunos casos incluso caballos de la gente que hace changas. Detienen a la gente primero y después averiguan los antecedentes, si no tienen pedido de captura les hacen una contravención y las sueltan. Nosotros presentamos habeas corpus y ahí se apura la policía a liberarlos, entonces el Juez dice que el planteo se declara abstracto porque ya no hay nadie preso. Es un juego del gato y el ratón que hace la Policía constantemente, impidiendo que el Poder Judicial se meta en el asunto”, relata.
El Jefe Girvau esgrimió una teoría sobre la reincidencia y la reinserción social de los detenidos: “No estamos para andar preguntándole al delincuente ‘¿usted se va a reinsertar en la sociedad?’. Son delincuentes, nacen y mueren delincuentes. En 34 años de servicio no conozco a uno que se haya reinsertado en la sociedad“, y añadió que “después tienen hijos que son delincuentes, sin dudas que van a reincidir porque no saben hacer otra cosa que delinquir”.
DENTRO DE LA LEY, TODO; FUERA DE LA LEY, NADA.