Se popularizó por la escasez de papel higiénico durante la pandemia. Sus nuevos usuarios son “verdaderos creyentes” y “evangelizan” a familiares y amigos
El bidet era, hasta ahora, una rareza argentina que despertaba el interés entre los extranjeros, que preguntaban extrañados por este artefacto cuya colocación fue obligatoria en el código de edificación hasta 2022 y sólo eran populares en Japón y algunos países musulmanes.
Pero lo que en Argentina quizá sea el próximo artefacto que desaparezca para siempre de la mano de los cambios en los códigos de construcción, en Estados Unidos se ha vuelto una moda que, a decir del The Washington Post, cuenta con “verdaderos creyentes” que “evangelizan” a familiares y amigos sobre su uso.
Tal es así que, regalar bidets en el país que lidera el uso de papel higiénico per cápita en el mundo se ha convertido en una práctica sorprendentemente habitual.
El negocio del bidet explotó durante la pandemia. Pero aquello que produjo la escasez de papel higiénico que afectó a Estados Unidos, tiene un impacto duradero en la industria.
Como suele ocurrir en estos casos, ahora algunos norteamericanos se hacen la misma pregunta que los argentinos que viajaban al exterior: “No sé cómo la gente sobrevive sin ellos”.
Sydney Cano, de Arlington, en Virginia, es una de las norteamericanas que escuchó a sus amigos musulmanes y ya antes del covid pensaba en poner uno en su casa: “Sin exagerar, mi vida cambió literalmente”, afirmó.
Parece exagerado pero, para muchos argentinos, sin bidet, no hay vida.