Después de más de una década, la Justicia cordobesa ordenó la detención de Javier Gallo, condenado por el brutal homicidio de su socio, Osvaldo Miranda, a quien ató a un toro para simular un accidente en un campo del sur de la provincia.
El crimen ocurrió el 6 de noviembre de 2012, cuando Miranda, de 55 años, fue hallado sin vida dentro de un corral. En un principio, Gallo intentó hacer pasar el hecho como un accidente rural, pero las pruebas reunidas durante la investigación revelaron que se trató de un homicidio premeditado.
Gallo fue condenado a prisión perpetua por homicidio calificado, pero permanecía en libertad hasta que la sentencia quedara firme. Esta semana, el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba confirmó el fallo y ordenó su detención inmediata.
El caso conmocionó a la comunidad local por la violencia del hecho y el intento de encubrimiento, que finalmente fue desmontado por la labor de los peritos y la fiscalía.
