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En el caso de las capacidades intelectuales, ciertos nutrientes son claves para mantener el funcionamiento del cerebro a pleno

Se entiende a la memoria como la capacidad de los seres humanos para aprender, evocar y almacenar la información aprendida. Cuando aparecen algunas fallas para recordar, suelen ser una manifestación de problemas de atención o de evocación de la información. Es normal tener una pérdida leve de memoria a medida que se envejece.

Sin embargo, también puede ser un síntoma de la llamada “enfermedad de la memoria”, el Alzheimer, porque en su forma más típica empieza por olvidos. Cualquier falla de esta capacidad suele ser una preocupación. Pero es importante distinguir entre los olvidos cotidianos, debido al paso de los años, de los patológicos, que pueden evidenciar una enfermedad.

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La demencia es el resultado de diversas enfermedades y lesiones que afectan el cerebro, según define la Organización Mundial de la Salud (OMS). Afecta diferentes dominios cognitivos como la memoria, el lenguaje, las funciones ejecutivas, y el comportamiento. La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia en adultos mayores.

La Asociación Colombiana de Neurología afirma que la nutrición es muy importante para la salud en general, pero también lo es para la función cerebral. “Nuestro cerebro, como cualquier otra parte de nuestro cuerpo, necesita alimentarse. Algunos de los nutrientes esenciales para el cerebro son:

  • Agua: contribuye a mantener las funciones físicas y cognitivas normales. La deshidratación impacta en el rendimiento cognitivo, la atención y la coordinación motora. Por eso, es fundamental una hidratación adecuada a lo largo del día. Las necesidades diarias son de 2 a 2.5 litros de agua, dependiendo de cada persona y de la edad.
  • Calcio: ayuda al funcionamiento normal de la neurotransmisión.
  • Fósforo: permite el funcionamiento normal de las membranas celulares.
  • Hierro y zinc: favorecen una función congnitiva normal.
  • Ácido pantotenico: contribuye al rendimiento intelectual normal.
  • Biotina, tiamina, vitamina B6, vitamina C: ayudan al funcionamiento normal del sistema nervioso y a una función psicológica normal.
  • Cobre, magnesio, potasio, vitamina B2, B12, niacina: contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso.

Para que el funcionamiento celular, el crecimiento y el desarrollo del cuerpo se lleve a cabo de manera adecuada es necesario tener una alimentación en la que se incluyan las 13 vitaminas esenciales: las vitaminas A, C, D, E, K y los ocho tipos de vitamina B.

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Entre ellas, la que se destaca por aportar los nutrientes esenciales para el cerebro y prevenir el deterioro cognitivo es la vitamina B. La vitamina B es la mejor para combatir el envejecimiento del cerebro, ya que contribuye a mantenerlo joven y saludable.

Por lo tanto, una nutrición rica en los ocho tipos de vitamina B es fundamental para la mejora de la memoria, la concentración y el rendimiento intelectual, así como para prevenir los trastornos de la memoria. La vitamina D, también ayuda a prevenir la demencia.

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