El gobernador Osvaldo Jaldo defiende el modelo de “Estado presente”, pero la provincia transita un momento fiscal sensible que podría cambiar el relato si la tendencia persiste. Nación y provincia, dos modelos de Estado en contraste. ¿Cuál de los dos se impondrá?
Por SIN CODIGO
En el primer trimestre de 2025, Tucumán registró un déficit financiero del –0,8 % de sus ingresos totales, revirtiendo el superávit del 17,6 % que había tenido en 2024. El gasto creció un 42,6 % interanual, mientras que los ingresos sólo aumentaron un 16,6 % .
Acumulado últimos 12 meses hasta marzo 2025: Aun con ese desequilibrio trimestral, en los últimos doce meses la provincia mantiene un superávit financiero del 2,5 % de sus ingresos totales y un superávit primario del 3,6 % .
Entonces sí, actualmente Tucumán muestra déficit fiscal en 2025, pero su base anual sigue con saldo positivo. El déficit aún está bajo control, pero es una señal del deterioro en curso.
¿Hasta cuándo se puede sostener un “Estado presente” sobredimensionado?
En 2024, el Gobierno provincial aplicó un ajuste del gasto del 21,8 %, ubicándose entre las cinco provincias con mejor resultado fiscal con un superávit primario de 7,2 % .
No obstante, el más reciente aumento del gasto público (2025 Q1) -con 52 % del presupuesto dedicado a salarios, sólo 6,7 % en inversión, y sólo 0,9 % en pago de intereses- indica que la capacidad fiscal se encuentra muy tensionada y expuesta a shocks externos (como recesión, menor transferencia de fondos, caída de coparticipación).
Mientras se mantenga ese superávit acumulado, la estructura del Estado -aún siendo grande- se puede mantener. Pero si el gasto sigue creciendo sin ajuste y los ingresos no repuntan, el riesgo de déficit persistente aumentará. El horizonte para sostenerlo podría ser reducido a unos pocos trimestres más si no hay cambio.
¿Seguirá Jaldo defendiendo el “mega‑estado”?
El gobernador ha defendido reiteradamente la política de un Estado presente -más ahora en año electoral-. Desde su propio discurso apunta a no sacrificar servicios esenciales ni recortar personal público .
A pesar del déficit en el primer trimestre, Jaldo afirma que Tucumán “no quiere romper el equilibrio fiscal” y subraya la necesidad de diálogo con el Gobierno Nacional para aumentar recursos vía ATN y coparticipación .
Por lo tanto, su postura sigue firme en defender un Estado provisto de servicios y salarios, aunque también reconoce la necesidad de diálogo y cooperación con la Nación.
¿Cuánto tiempo falta para que el déficit fiscal crezca en Tucumán?
El déficit ya está presente en el corto plazo (primer trimestre 2025), pero el saldo anual acumulado aún es superavitario.
Si el gasto crece significativamente o los ingresos caen, el déficit financiero podría profundizarse en los próximos trimestres, especialmente si no se concreta ningún ajuste fiscal adicional.
Entonces, el déficit ya está aquí, y su agravamiento depende de la velocidad del gasto público comparado con la evolución de los ingresos.
Nación vs Provincia: dos modelos de Estado en contraste
Mientras la Administración de Javier Milei impulsa una política de ajuste fiscal extremo, recortes drásticos y achicamiento del Estado como principio rector, en Tucumán Jaldo sigue apostando a un modelo de Estado presente, incluso con señales de agrandamiento del gasto público.
A nivel nacional:
• El Estado nacional redujo ministerios, paralizó obras públicas y cortó giros discrecionales a provincias.
• Se priorizó el superávit fiscal a cualquier costo, incluso a expensas de recesión, caída del consumo y conflictividad social.
• El mensaje oficial es claro: el gasto es el enemigo y el Estado debe reducirse al mínimo.
En Tucumán:
• Jaldo optó por mantener la planta estatal y salarios, sin realizar despidos masivos ni cierres de estructuras.
• Aunque aplicó recortes en 2024, en el primer trimestre de 2025 el gasto volvió a crecer fuertemente, especialmente en personal.
• Se sigue defendiendo un “mega‑estado provincial”.
Dos visiones de país y de Estado que hoy conviven en tensión. Tucumán resiste con recursos limitados, mientras Nación impulsa la desarticulación del aparato estatal.
Tucumán, sin ingresos nuevos, podría ser fiscalmente insostenible en el mediano plazo.