Los trabajos generan lógicos inconvenientes pero son para mejorar la ciudad
Luego de casi cuatro meses de asumir la intendencia de la Capital tucumana, la gestión de Rossana Chahla comenzó “a toda máquina” con el arreglo de los múltiples baches de calles y avenidas.
La idea es arreglar el máximo posible antes del comienzo de las clases, donde el caos vehicular es evidente.
Toda vez que hay arreglos de calles, hay cortes de las mismas y eso genera cierto inconveniente en la circulación de autos, colectivos y motos. Es inevitable el corte y el malestar. Pero, es preferible “bancarse” unos días de cortes antes que padecer los cráteres en los que se han convertido las calles tucumanas.
Hay quejas cuando no se hace y quejas cuando se hace. Es difícil conformar a todo el mundo. También es cierto que, por el apuro, soportar ruidos de taladros en horas de la madrugada, cuando la gente debe descansar para ir a trabajar al otro día, es un calvario.
Está tan destruído Tucumán que hacer, ya es algo positivo.
Señores de la Municipalidad de Tucumán, entendemos el apuro actual pero hay que pensar en el descanso del vecino. Si ordenan y programan los cortes de calles y trabajan sábados y domingos a full, quizás, no haya que soportar el ensordecedor ruido de taladros a la madrugada.
TICHO para Sin Código Tucumán