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El próximo presidente deberá ordenar la economía y erradicar de raíz la inseguridad. Dos ejes importantísimos en la decisión de la gente con su voto

En toda Argentina, los problemas de seguridad junto a la inflación y la crisis económica son temas prioritarios en la gente.

Pasan los años y las calles pasaron de pertenecerles a los ciudadanos que trabajan y pagan impuestos para pasar los delincuentes a adueñarse de las mismas. Las escorias humanas parecen tener vía libre mientras el gobierno nacional propone una agenda progresista que los defiende.

La pobreza y la indigencia van en aumento. Desde que Alberto Fernández asumió, la pobreza aumentó fuertemente y el salario mínimo real se encuentra en cifras cercanas a la catástrofe posterior del 2001. Datos, no relatos. La pobreza es un caldo de cultivo para la delincuencia.

El narcotráfico está con absoluta vía libre. Este gobierno nacional y popular llamado kirchnerismo parecería ser un cómplice ya que no se observó en estos años una voluntad férrea por combatirlos. Ejemplo de ello es la ciudad de Rosario donde reiteradamente se solicitó la presencia de fuerzas federales, cosa que no sucedió. Las fronteras siguen siendo un colador y el narcotráfico sigue en expansión.

El delito aumentó en todas las ciudades del país. El gobierno o no tiene estrategias o no le interesa combatir la inseguridad. Es sabido la cantidad de presos que fueron liberados durante la pandemia. Hoy en día, un delincuente capturado es liberado en poco tiempo. Nunca les interesó bajar la edad de imputabilidad. Los asesinos actuales suelen estar entre los 12 y los 17 años, menores de edad que, por esa condición, quedan libres luego de arrebatar alguna vida.

Todos habla de la economía y cómo bajar la inflación, muy pocos hablan de cómo combatir la inseguridad que mata a un ser humano todos los días. La seguridad también es un tema prioritario para la gente. El futuro presidente tiene que tener ideas claras y experiencia para abordar las complejidades de un entramado criminal cada vez más sofisticado.

No es momento para tibios. Argentina necesita imperiosamente recuperar el orden en el espacio público y en el desarrollo de una agenda de seguridad nacional que permita hacer frente tanto a los desafíos de seguridad global como locales.

Hay que capacitar a la Policía y no incorporarlos en masa como simples empleados públicos. Hay que darles herramientas y que tengan el respaldo legal para actuar. Y hay que crear asuntos internos para depurar los malos de los buenos, que son mayoría.

La seguridad del ciudadano es tan o más importante que la economía. A la hora de votar al próximo presidente observar no solo su plan económico sino, también, su plan de seguridad. Que de una buena vez por todas el argentino pueda caminar tranquilo por las calles y no estar pensando que por un celular te pueden matar.

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