En medio de una gran multitud, los chicos de Scaloni salieron del predio AFA en un micro descapotable rumbo al centro de la capital argentina
Salieron por tierra de Ezeiza y debieron volver por aire. La vuelta olímpica a la ciudad quedó a mitad de camino. El desborde de la pasión en un día feriado hizo imposible completar la travesía de la Selección. La evacuación puso punto final a la recorrida luego de hacer unos 16 kilómetros en cinco horas. Algunas situaciones encendieron las alarmas.
La intensidad y el color de entre 4 y 5 millones de personas que buscaron su lugar, en algún tramo de la ruta prevista, superaron los límites de la imaginación. Todo terminó en la Escuela de Cadetes de la Policía Federal Argentina y parte del plantel subió a unos helicópteros. En este medio pudieron dar unas vueltas por la zona del obelisco, donde cientos de miles estaban entusiasmados esperando el paso de la “scaloneta”.
Entusiasmo, alegría, sorpresa, emoción, fueron algunas de las emociones que invadieron a los jugadores, al ver la multitud a cada lado del micro que los trasladaba en todo el recorrido.
Los jugadores bailaban, cantaban, saltaban, mostraban la Copa, no faltó el fernecito bien merecido y hasta se emocionaron, no es para menos. Muchos de ellos sacaban fotos y grababan lo que sus ojos le transmitían.
“Chiqui” Tapia dijo: “No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores campeones”.