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Si hay algo para destacar del mandatario tucumano es su habilidad política de alto impacto, pero muchos ciudadanos ya “le sacaron la ficha”

El gobernador representa el peronismo tradicional y conservador -¿conservadurismo?-, pero también pragmático que sabe acomodar su perfil a los vientos políticos que soplan. Tiene 40 años de trayectoria en la vida pública y pasó por varias gestiones y diferentes cargos. Vaya si no aprendió de política -y sus artimañas obviamente-. Exactamente dentro de un mes, cumplirá un año como gobernador electo por el voto popular.

Al tomar el mando de la provincia, no sabía quién sería el nuevo Presidente de Argentina. Semanas después, se develó la incógnita y alguien inesperado se convirtió en la máxima autoridad del país: Javier Milei. Rápido de reflejos, Jaldo tomó la postura de alineamiento al Gobierno nacional. ¿Convicción o conveniencia?, a esta altura diría que es un 20%-80%. Los primeros meses, el gobernador comenzó a tomar decisiones y hacer declaraciones en línea con Milei y que causó buen impactó en el electorado independiente de Tucumán, pero cayó como una puñalada en los cumpas del partido peronista.

Dentro de las promesas del señor Jaldo vamos a destacar solo dos: Acceso a la Información Pública y Reforma Electoral -en sencillo y directo: que los ciudadanos puedan acceder a información sobre en que se gastan recursos, cuantos empleados tiene la administración, etcétera, y chau a los desquiciantes acoples-. ¡Guau, qué maravilla!, ¿este gobernador es peronista?, aplausos. Pero…., sí sí queridos lectores, ero solo dulces para los giles. Nada de eso se dio y, muy probablemente, nunca se dará mientras gobiernen los cumpas.

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Cuando le preguntan al gobernador por estos temas, se limita a decir que depende de la Legislatura -otra Institución con tufillo rancio que será motivo de otra publicación-. ¿Depende de la Legislatura? ¿Esa Legislatura de mayoría oficialista que responden a Jaldo? ¿La misma que le aprueba lo que el mandamás tucumano le ordena?, como el RIGI por ejemplo.

Lo único que puede mostrar Jaldo es pagar los paupérrimos sueldos del empleado público al día, que no es novedad. Hace años que se pagan al día. ¿Obra Pública?, cero. ¡Ah!, la cárcel de Benjamín Paz. ¿Educación?, maestros mal pagados, escuelas destruidas. No hay intentos de modernizar contenidos o formas de cursar. ¿Seguridad?, todos los días atrapan perejiles con drogas, mientras los peces gordos -conocidos por la mayoría- siguen en el negocio. ¿Salud?, en terapia intensiva. Cada vez menos médicos, mal pagos, sobre exigidos, basta recorrer los servicios del interior para ver la realidad. ¿Desarrollo Social?, ¿hay ministro?.

En las últimas semanas, al gobernador le salió la veta peronista y comenzó a asistir a actos partidarios animándose nuevamente a cantar la marcha peronista y mostrar la popular V -con los deditos-. Sabe que el próximo año hay elecciones legislativas y necesita alinear a la tropa peronista. Me animaría a decir que en el fondo apuestan a que a Milei le vaya mal -en realidad sería a los argentinos- y les saldrá el verdadero yo, el alma nacional y popular.

Pero, hay un dato que los tradicionales políticos que viven en una burbuja “de gas” no la tienen en cuenta, la gran mayoría de la gente cambió el chip mental, ya no comen vidrios, y prefieren bancar un ajuste y los gritos de Milei que retroceder y volver a padecer al kirchnerismo.

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Estimado gobernador Osvaldo Jaldo: sea un estadista, tome decisiones por el bien de su provincia y no por conformar a los cumpas. No muestre un doble discurso, para los ciudadanos uno y para la barricada del partido, otra. Vale más trabajar para el bronce que para solo unos años de gloria.

TICHO para Sin Codigo

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