La asesina está detenida por ejecutar a su hijo de 2 años y su nena de 7. Intentó huir después del doble crimen pero fue detenida
“Melina llamá a la Policía, no entrés”, decía el cartel en el frente de la casa de la policía Marina Abigail Silva, de 30 años, ubicada en la localidad de Juana Koslay, provincia de San Luis. El mensaje, escrito por la propia oficial, tenía la intención -quizá- de evitar que su hermana observara la escena de horror que se escondía detrás de la puerta: allí estaban los cadáveres de sus sobrinos, un nene de 2 y una nena de 7 años, tirados sobre la cama. También era una forma de confesarle que había sido ella la que los mató.
Según dijo la Fiscal de la causa, María del Valle Durán, la autopsia reveló que los chicos fueron asesinados a balazos. “La causa de muerte se debió a disparos de arma de fuego en zona del cráneo y tórax”, dijo la funcionaria, quien además dio un detalle estremecedor del doble crimen: la oficial Silva les puso una almohadas en la cabeza y luego los ejecutó.
La reconstrucción completa del hecho todavía no fue realizada ya que quedan por hacerse peritajes en el lugar, se presume que luego de matar a sus hijos, Silva escribió dos carteles. El que ubicó en el frente de su vivienda dirigido a su hermana Melina y otro que pegó en la parte trasera de la propiedad con un mensaje similar: “No entrés”.
“Los carteles eran para la hermana, que vivía en un departamento ubicado en la parte de atrás”, dijo la Fiscal, quien además ratificó que el doble crimen fue cometido con el arma reglamentaria de la mujer policía.
El reporte policial detalla que Silva “comunicó este martes por la mañana la situación, haciendo mención de ser la madre de los menores y se responsabilizó del hecho”. Fue la policía local la que descubrió los cuerpos sin vida de los niños en la vivienda y de acuerdo con lo que se confirmó, la agente le confesó el crimen a sus compañeros de la Comisaría 34, donde trabajaba.
Se sabe que luego de matar a los niños, huyó de su domicilio ubicado en el barrio Los Fresnos e intentó escapar, pero fue capturada unas dos horas después. Antes de irse de la escena, Silva también llamó a algunos familiares para comunicarles lo que había hecho.
Según dijo la Fiscal, Silva no estaba bajo ningún tratamiento psicológico ni cursaba carpeta médica. De hecho, debía reincorporarse a su trabajo ese mismo martes tras finalizar su franco de servicio.
El abuelo de los menores contó a la prensa local que la policía tiene un problema económico “muy grande” del cual desconoce su origen. “Tiene deudas con todo el mundo, le saqué préstamos, le presté la tarjeta y estoy hasta acá (en referencia a deudas). Mi pareja hizo lo mismo, la hermana y el hermano, cuál era el problema económico, no lo sabemos. Hablamos con ella y le decíamos ‘Marina ponete las pilas’”, dijo.
Silva debía, al menos en blanco, $6,8 millones de pesos a diversas empresas de micro préstamos. El último, tomado hace tres meses atrás, fue de $2,2 millones.
Al constatar que la oficial tenían problemas económicos, los investigadores liderados por Durán creen que el plan de Silva era matar a los chicos y luego suicidarse. Es que la asesina consideraba que no podía dejarles sus hijos al cuidado de sus familiares porque los consideraba “una carga” para ellos.
“Esa debe haber sido su idea, pero luego, pese haber matado a los hijos, no se animó a hacerlo”, dijo la Fiscal.