Es un caso que salió a la luz ahora (qué casualidad). La cantidad de estafadores del Estado que habrá dentro de los empleados públicos
“Tanto que se habla de los empleados que cobran sin trabajar… Yo tengo una”, se la escuchó indignada a la jueza María Servini entrando a su despacho de Comodoro Py 2002. La paciencia de la magistrada había llegado a un límite. Después de infructuosos pedidos de soluciones, Servini se cansó y decidió hacer una denuncia penal contra una empleada que trabajaba bajo sus órdenes. “Que trabajaba” es una manera de decir: desde 2012 hasta noviembre del 2023, es decir 2667 días hábiles, la mujer asistió solamente 414 días, según la presentación.
Pero además, durante muchos de esos períodos de licencia en que no podía ir a trabajar, la mujer se fue de viaje al exterior. Y así lo mostraba en redes sociales diciendo “aunque te creas dueña de la vida de la gente, la mía no la manejás vos”. La denuncia por defraudación al Estado también alcanzó al médico que habilitaba las prolongadas licencias por razones de salud.
La imputada se llama Gabriela Dunzelmann Novaro y tiene un cargo desde hace muchos años como Jefa de Despacho del Juzgado Electoral porteño. Había llegado allí por recomendación de su madre, “una buena empleada”, pero, dicen en el juzgado de Servini, desde hace unos doce años comenzó a cambiar su actitud. En su entorno notaban que a la mujer no le interesaba el mundo judicial y le gustaba explorar su veta artística.
Y de hecho así lo confesó al ser entrevistada por una junta médica en 2019. “Lo mío es el teatro, la escena (…) Ese fue siempre mi error, no dedicarme a hacer lo que me gusta. Nunca me animé a dejar un trabajo seguro, porque eso significa ganar una cuarta parte de lo que yo gano... ” En su entorno de trabajo, nadie nunca entendió por qué no renunció ni aceptó las sugerencias de jubilarse.
Los diagnósticos médicos hablaron de un cuadro de bipolaridad. Un cuadro que, con una medicación calibrada, permite una vida laboral activa, y del que la propia jueza, a esta altura, se permite dudar, después de haberla enviado a revisar en el Hospital Borda: “No presenta afección psiquiátrica en curso que le impida desempeñar sus tareas laborales habituales”, fue la conclusión a la que llegaron en ese centro de Salud.
Es por eso que también denunció al profesional Andrés Mega, quien se define en redes sociales como “Psiquiatra, Psicoterapeuta y Legista. Profesor Universitario en Medicina. Psiquiatra Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación” ya retirado.