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El abuso a menores existió, existe y existirá. Es fundamental la presencia y vigilancia de los padres y la acción de la Justicia

Lucas Benvenuto es un sobreviviente de la pedofilia. Esta semana, denunció penalmente al conductor y músico Jey Mammón por supuesto abuso sexual agravado. Según sus dichos, se habrían producido cuando Lucas tenía 14 años y el conductor tenía 32. El caso fue judicializado por la víctima en el año 2020. En marzo de 2021, Juan Martín Rago (nombre de Jey Mammón), fue sobreseído por la prescripción de la acción penal.

Benvenuto cuenta que conoció a Jey a través de un amigo en común, y fue a su casa en Balvanera, para su primer encuentro con él. Cuando despertó, ambos estaban desnudos. Lucas aseguró que luego de pasar la noche con el conductor se dio cuenta que tenía los signos en su cuerpo parecidos a los que experimentó “la primera vez que fue abusado sexualmente”.

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La primera vez que fue abusado, fue a los 11 años por su profesor de música, llamado Marcelo Rocca Clement. El profesor fue señalado como parte de la banda de los “boy lovers”, un grupo de hombres que giraba alrededor del psicólogo, Jorge Corsi, acusados de captar a chicos en cibercafés y fiestas para luego abusar de ellos. Tanto Roca Clement como Corsi fueron condenados y pasaron varios años en la cárcel.

La víctima, Lucas, era muy vulnerable. Hijo de una madre adicta de Mataderos, sin contención. Y ese es el perfil de chicos que son captados por los abusadores criminales.

¿Por qué Lucas vuelve a hablar ahora?: “Esta entrevista me va a dar un respiro”. Estuvo contenido por un grupo de psicólogos que lo apoyó en su decisión de dar entrevista. Buscaba que las caras de los hombres, que acusó de ser sus abusadores, se conozcan nuevamente, que no se pierdan. Lucas siguió adelante con su vida. Se dedicó al patinaje artístico, una de sus pasiones. Dejó la Ciudad de Buenos Aires para vivir en el interior del país.

Nunca se rindió en su reclamo, en mantener vivo el pedido de justicia por las atrocidades que sufrió.

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“Siento que si no hablo, me voy a terminar matando. Estuve dos veces en terapia intensiva. Están todos mis registros médicos. Me intenté quitar la vida. Te lo digo simplemente. Es tan horrible que lo tenga naturalizado. Pasó tanto tiempo que me ahogo, no puedo”, expresó Lucas.

“Siento que fue en vano (denuncia a la Justicia) a veces. La Justicia, perdón que diga esto, es una porquería”, dijo.

Dentro de las aberraciones existentes, el abuso infantil debería tener una reclusión perpetua o castraciones químicas. ¡Y no joden más las vidas de las chicos!.

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