Piensan parecido pero, es importante ante un cambio cultural que ya comenzó, tener la firmeza y “las espaldas” para llegar a un buen puerto
Javier Milei sorprendió por los 30% de votos que sacó el domingo. La sorpresa fue porque en las elecciones provinciales previas, sus candidatos sacaron un muy poco porcentaje de votos. Además, ganó en provincias donde acababan de ganar los oficialismos locales. Es evidente que, el fenómeno es él mismo, sin importar quién o cuántos estén a su lado.
Si Milei no tiene diputados, senadores, gobernadores propios, ¿le alcanzará para llevar adelante las reformas que propone?.
Fue tan sorprendente su elección que opacó el triunfo de Patricia Bullrich. Ella sola, con humildad y austeridad, se enfrentó al aparato de Juntos por el Cambio donde su contrincante, Horacio Rodríguez Larreta, manejó mucho más dinero en la campaña con respecto a su contrincante y había cosechado mucho más apoyo de referentes provinciales que Bullrich. El resultado es que Patricia venció cómodamente a Larreta y otro dato que no es menor, se impuso a Larreta en todas las provincias de Argentina, incluso, en CABA donde gobierna Horacio.
Hay una diferencia entre Milei y Bullrich a tener en cuenta: mientras el primero ya se cree presidente, la segunda dijo que humildemente va a pedir el voto de aquellos que no fueron a votar en las PASO.
Si escuchas las propuestas de ambos, no difieren mucho; el tema es cómo lo van a llevar a cabo y si tienen el respaldo suficiente para lograrlo.
Hacer un cambio de ciclo y cultural es llevar a cabo cambios profundos, con firmeza, sin mirar atrás pero, con responsabilidad y respaldo.
Ojo con el que se vayan todos. Que se vayan los corruptos y chorros pero no todos lo son. Bullrich pretende un cambio dentro del sistema político, incorporando aún a quienes piensen distintos. Pone límite a los responsables de esta decadencia.
Milei ha logrado gran parte de su éxito atacando al conjunto de las fuerzas políticas. Su bandera ha sido acabar con la casta.
¿Quién llegará?. Dependerá de la capacidad de enamorar al electorado que tenga cada uno de ellos dos.
