El dueño de Swiss Medical denuncia la crisis de las prepagas pero no ha parado de comprar empresas
El Gobierno les abrió, a las prepagas, el grifo de los aumentos y se tiraron de cabeza. Es cierto que venían cascoteadas, no todas. Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical que, aprovechando la crisis del sector y la ayuda de su amigo Sergio Massa, compró todo lo que tuvo a tiro. Pero el resto venía con la lengua afuera, con tarifas atrasadas que no le permitían cubrir los costos y viviendo de parche en parche como la crítica reducción de servicios y los copagos.
Pero a todos se les fue la mano y mal, diría el Toto Caputo. Ejemplos: Galeno se mandó con un 164% y Swiss Medical y Medicus, de Belocopitt, entre 153 y 163%. Fue justamente Caputo quien cantó no va más cuando recibió una factura de su prepaga por $ 740.000. Se la mostró sorprendido al Jefe de Gabinete Posse y al ministro de Salud, Russo y se acordó de que en Economía hay una secretaría de Defensa de la Competencia donde podían colar contra las prepagas el argumento de la cartelización, aunque si hay algo que sobra son las cartelizaciones.
El recule del gobierno encaja con algo más que con la indignación de Caputo: el aumentazo afecta fundamentalmente a sus votantes. Las prepagas tienen unos 7 millones de afiliados. No son una feria con muchos puestos: son un puñado de empresas que incluyen hospitales de colectividad (Alemán, Italiano) sin fines de lucro. Todas con afiliados, clientes, muchos de los cuales cautivos: los mayores, que por serlo tienen restricciones reales para cambiar de prepaga, los que tienen enfermedades caras y declaradas que ¿quién los afilia?.
Fue una gran simplificación, o una gran ingenuidad abrirles las puertas de par en par para que aumentaran de un saque lo que quisieran, sabiendo que venían de años con las cuotas manejadas por el gobierno.
En el gobierno tardaron cuatro meses en darse cuenta de que la salud no es la Coca, que si aumenta se pasa a otra gaseosa y sanseacabó. ¿Quién se creyó que es así de fácil dejar al médico de años, que lo conoce a uno mejor que uno mismo?.
El famoso DNU habilita pasarse ya de las obras sociales a las prepagas. Había que esperar un año y encima cruzar obligatoriamente por una obra social puente, como un broker trucho de los seguros de la corrupción que están ahí, en el medio, sólo para recaudar retornos. Las prepagas chochas, pero el DNU ordena algo que desató la ira de Belocopitt, principal lobbysta del sector por su íntima relación con Sergio Massa y el kirchnerismo. Las prepagas deben contribuir ahora al Fondo Solidario de Redistribución.
Hace falta poner números para entenderlo. Los trabajadores aportan a su obra social un 3% de sus salarios. Otro 6% aportan las empresas. Y un 15% de ese 9% va al Fondo, que cubre los tratamientos más costosos. Aunque no aportan, las prepagas reciben subsidios del Fondo. En 2023 Swiss Medical cobró dos mil millones de pesos.
Belocopitt, que hasta hace unas horas presidía la Unión Argentina de la Salud, la cámara de las prepagas, denunció años atrás a su rival OSDE (que es prepaga y obra social a la vez, una rareza) por no pagar al Fondo. La denuncia le costó a OSDE unos $ 8 mil millones de 2017.
Por la bronca-batifondo con Milei, Belocopitt tuvo que renunciar. El sector salud se ha desfinanciado pero a Belocopitt le va recontra bien. Como a Otero, el zar del Tabaco que no paga impuestos o Martínez Sosa, el de los seguros estatales en bandeja de Alberto Fernández.
Belocopitt es un financista: hace plata con la plata de la salud. Ni bien terminó el secundario en la Escuela Del Sol, luego de pasar por el Carlos Pellegrini, se metió a trabajar en una mesa de dinero. Eran años de la plata dulce de Martínez de Hoz. Básicamente no cambio de rubro. Ahora tiene un imperio. Prepagas y también prestadora. Denuncia crisis pero no ha parado de comprar empresas. Hizo muchísima plata con la pandemia, recaudando puntualmente las cuotas sin tener casi que gastar en servicios. Tiene financieras y tiene Swiss, y compró la mitad del Instituto Cardiovascular Buenos Aires.
También parte de Medicus. Antes sumó Optar Nubial, Medicien, Qualitas y Docthos. Además de un par de prestadoras en Uruguay y sanatorios en la Ciudad (como Los Arcos o la Maternidad Suizo) y en el interior. Y construye, a todo trapo, en Nordelta, un mega sanatorio de 24.000 metros cuadrados. Según El Cronista, de 80 millones de dólares con tutti li fiocchi. La cita al El Cronista no es ociosa. También es uno de sus dueños al ser el accionista mayoritario de América TV, de Vila-Manzano, como él mismo notorios amigos de Massa.
Datos de Ricardo Roa, Clarín