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El dirigente tucumano fue, durante 12 años, gobernador de Tucumán y luego senador nacional. Fue uno de los personajes más poderoso de la provincia, no solo en lo político sino en lo económico

Mirando el piso, labios apretados bajo el bigote canoso y con las manos entrelazadas, el ex gobernador de Tucumán, José Jorge Alperovich, escuchó la condena que le impuso el Juez Juan Ramos Padilla16 años de prisión, por el delito de abuso sexual en perjuicio de su sobrina segunda y ex secretaria. Segundos después quedó preso desde los estrados del tribunal, cuando un comisario de tribunales lo trasladó tomándolo del brazo.

Sus hijos estaban en la primera fila, casi a su lado, y su esposa, Beatriz Rojkés siguió la lectura del veredicto desde una pantalla negra, por Zoom. Lo mismo hizo la víctima de los abusos sexuales, identificada en el juicio por sus iniciales M.F.L.

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Ramos Padilla concedió todo lo que pidió el Fiscal Sandro Abraldes: no solo los 16 años de prisión, sino también que corresponde “la reparación“ de la víctima. La defensa apelará la condena.

El Juez inició la lectura del veredicto a las 20.10, tras advertir que si había exclamaciones iba desalojar la sala. Allí mencionó que Alperovich fue condenado como autor de tres cargos de abuso sexual, dos en grado de tentativa y además por otros “seis cargos de abusos agravado pues hubo acceso carnal de manera vaginal, anal y oral con partes de su cuerpo, su pene, por las tres vías y con los dedos en el primero de los casos”. La crudeza del relato dejó la sala en silencio.

El Juez dijo que el abuso se dio en el marco de una relación de intimidación, donde hubo un abuso del ex senador de su ex colaboradora, pues había una relación de dependencia, poder y autoridad. La pena vence el 17 de julio de 2040. Alperovich puede recurrir a la Cámara Federal de Casación y a la Corte. El año próximo cumple 70 años, por lo que puede pedir cumplir la pena en su casa.

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No es habitual que una persona condenada a una pena de prisión efectiva quede presa desde el tribunal. Esto se realiza cuando hay peligro de que el acusado se fugue. La condena no está firme. Ello ocurriría cuando la Corte rechace su último recurso. En general, se espera a ese momento para disponer la detención.

El Juez ordenó su arresto y le ordenó al comisario de tribunales, del edificio de la calle Paraguay al 1500, que “proceda sin ninguna situación de degradación”. El policía, vestido de civil, lo tomó del brazo, le permitió ponerse el sobretodo azul, abrazar a sus hijos y se lo llevó detenido, camino a una celda de tránsito.

A las 21, llegaron al tribunal motos y móviles del Servicio Penitenciario Federal para trasladarlo. Arribaron al lugar con luces y sirenas encendidas y efectivos con escudos ingresaron al edificio judicial para retirar al ex gobernador preso.

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José Jorge Alperovich cayó en soledad. Si bien escuchó la sentencia por abusar sexualmente de una sobrina rodeado de sus cuatro hijos, al ex gobernador de Tucumán entre 2003 y 2015 lo atormenta un vacío de poder que tuvo coletazos en su vida privada y los negocios familiares. Ya no estaría más con Beatriz Rojkés -quién estaría iniciando los trámites de divorcio-, su esposa que siguió el veredicto por Zoom y quien fue el hilo que lo unió a Cristina Kirchner, y florecieron problemas con sus hermanos y cuñados por los emprendimientos automotrices, inmobiliarios y agrícola-ganaderos.

Tucumán se había olvidado de Alperovich, que hoy tiene 69 años. El escándalo por el abuso de una sobrina que trabajó con él para su frustrado intento de volver a la gobernación en 2019 lo devolvió al protagonismo de las charlas de café de una provincia acostumbrada a los manejos feudales, gobernada por el peronismo desde hace un cuarto de siglo. El exmandatario y exsenador, que supo tener a la provincia en puño, volvió a la portada de los diarios desde que fue denunciado y el juicio siguió su curso. Hasta entonces, Alperovich ya no era ni una nota al pie.

Osvaldo Jaldo, el actual gobernador y aliado de Javier Milei, esquivó recientemente una consulta periodística sobre la acusación de abuso sexual contra Alperovich, de quien fue su ministro del Interior y el mentor de una de las medidas que fue la llave maestra del PJ local para consolidar poder: el denominado “pacto fiscal”, que consistía en que los municipios cedan de manera opcional su porcentaje de coparticipación a la gestión central a cambio de que el Poder Ejecutivo provincial afronte el pago de las planillas salariales. La medida logró alinear con el oficialismo a 17 de los 19 municipios.

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Un imperio político y económico se acaba de derrumbar.

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