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El senador nacional y presidente de la UCR no se esconde y muestra su alianza con el kirchnerismo. El diputado Facundo Manes lo escolta

Hacer oposición por la oposición misma es una característica del kirchnerismo/peronismo y no del radicalismo. Sin embargo, Martín Lousteau que viene de comportamientos políticos erráticos desde hace años -pero siempre dialoguista- en esta oportunidad de ha radicalizado -proceso mediante el cual los individuos pasan de apoyar puntos de vista moderados de la corriente principal a apoyar puntos de vista ideológicos extremos-.

La UCR reúne grupos con diversas ideologías como el federalismo, el liberalismo, el nacionalismo, el desarrollismo y la socialdemocracia, entre otras. Se ha caracterizado por su ideología defensora del laicismo, de inspiración igualitarista, con raíces en el federalismo tradicional. El radicalismo es todo, menos golpista pero, aliarse con el kirchnerismo, deja una gran duda.

Lousteau se transformo en ultra opositor en unión tácita con el kirchnerismo. Puede hacer lo que se le ocurra pero, lo llamativo es que se trata del jefe del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical. Se supone que debe responder por el partido y no por sus intereses personales. Ya ha pasado -en el Senado de la Nación- donde su bloque voto de una manera y él, en solitario. de otra forma. Incoherencia, como todo lo que hacen los políticos en este país.

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El diputado nacional Rodrigo De Loredo -presidente del bloque dentro de diputados- apuntó hacia la conducción de Martín Lousteau al frente de la Unión Cívica Radical (UCR), cuestionó su proceder y habló sobre “dos perspectivas” dentro del partido.

“Es un clima de época. El partido siempre tuvo pluralidad y diferentes corrientes, pero hoy hay dos cosmovisiones en tensión: una ultra opositora con morfología porteña que rivaliza con el Pro y gobierna poco y nada; y un radicalismo ampliamente mayoritario desde lo electoral, con aceptación total y absoluta del horizonte de equilibrio porque tiene cinco gobernadores”, comentó De Loredo.

También aseguró que (Lousteau) “actúa con honestidad intelectual de lo que él piensa”, pero que es “errático con el rumbo que le da a la conducción del partido”. “Yo se dónde estoy, de dónde vengo y en dónde estuve siempre, después que cada uno explique la coherencia de su trayectoria”, cuestionó.

Además, cuestionó a la conducción del radicalismo “no está sabiendo administrar” a las distintas facciones. En un claro cuestionamiento hacia Lousteau, dijo: “Las agreden, las exhiben y hacen que tenga quebraduras expuestas innecesariamente. Mi partido el año que viene va a tener que tener una decisión pragmática de aceptar realidades distritales en sus estrategias electorales”.

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De Loredo descartó la posibilidad de un acuerdo con el bloque de Unión por la Patria (UP) o con cualquiera de las vertientes del kirchnerismo. “Sería gravísimo, es algo que no puede pasar en ningún distrito. La identidad del radicalismo puede tener idiosincrasias, pero hay vectores comunes que no van: volver al pasado, a una dinámica populista, extractivista, corrupta. Son el problema que vinimos a cambiar y nosotros tenemos que ser oficialistas del cambio”, marcó y sumó: “Cada vez que el Gobierno tuvo una actitud conservadora yo tuve diferencias, pero si tuvo una decisión a favor del cambio, la acompañé”.

Ante la posibilidad de la unión entre Lousteau y el kirchnerista Leandro Santoro (CABA), dijo: “El radicalismo tiene una contracara cultural y un adversario que es todo lo que representa el kirchnerismo. Sería un delirio y una locura total que el radicalismo de la Ciudad hiciera un acuerdo. Si alguien explora un acuerdo electoral con lo que vinimos a cambiar están en todo su derecho, pero córranse del radicalismo porque esto produce un daño identitario importante”.

En Tucumán, la cosa no está mejor. Mejor dicho, mucho peor. Hace años que viene en decadencia. Sin renovación. Más cercanos al poder peronista -que gobierna eternamente la provincia- y sin un líder que ordene la “tropa”. La nueva camada no logró despertar y llevar al poder al partido centenario. Roberto Sánchez (fue un BLEF) y Mariano Campero, con su grupo, ya estarían haciendo base en La Libertad Avanza.

TICHO para Sin Codigo

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