Argentina y su cambio irreversible: un pueblo decidido a no volver atrás

No se trata de estar a favor o en contra de Milei -que es un medio circunstancial-, se trata de una transformación estructural profunda que involucra la política, la educación, la salud, la seguridad, los medios de comunicación, el sindicalismo, TODO. Es un cambio cultural, y así lo decidió más de la mitad de los argentinos

El 10 de diciembre de 2023 marcó un punto de inflexión en la historia argentina. Con su voto, la ciudadanía envió un mensaje claro y contundente: “No queremos más de lo mismo”. El hartazgo con la clase política tradicional, la crisis económica sin fin, la sensación de un país estancado, la inseguridad y el narcotráfico imparables, cientos de piquetes callejeros cada día, llevaron al triunfo de un outsider como Javier Milei, quien supo interpretar mejor que nadie el mandato popular de cambio -algo que no pudo hacer Mauricio Macri porque, quizás, la ciudadanía no estaba preparada en ese momento-.

Desde su llegada al poder, el Presidente “movió el avispero” y tocó intereses que estuvieron “blindados” durante décadas. La política, los sindicatos, el empresariado prebendario y toda la estructura que sostenía el viejo sistema sintieron el impacto de un Gobierno que, por primera vez en mucho tiempo, no llegó para negociar con ellos, sino para desarmar los privilegios que los sostenían.

Lo llamativo de este proceso es que, a pesar del feroz ajuste económico y de las dificultades que enfrenta su Administración, Milei sigue contando con un alto nivel de apoyo popular. Sus opositores no terminan de entender por qué, pese a sus ataques constantes y a los obstáculos que ponen en su camino, el Presidente sigue saliendo airoso. La respuesta es simple: el pueblo argentino no está apoyando a un hombre, sino a un cambio. La sociedad tomó una decisión y, aunque el camino sea difícil, no está dispuesta a retroceder.

Mientras tanto, la oposición, en lugar de aceptar esta nueva realidad y adaptarse, sigue cometiendo los mismos errores. Políticos, sindicalistas y sectores ligados al viejo modelo insisten en bloquear las reformas de Milei, creyendo que así erosionarán su imagen. Pero lo único que logran es fortalecerlo. Cuanto más lo atacan, más evidente se hace que el Presidente representa algo que ellos temen perder: el control del poder y los recursos del Estado.

Si la oposición quiere tener un futuro, necesita entender que el país ya tomó una dirección. No se trata de ser oficialista, sino de interpretar el deseo de la ciudadanía. Más del 50% de los argentinos no quiere volver al pasado, y cualquier estrategia política que ignore este hecho está destinada al fracaso.

El fenómeno Milei está desactivando no solo a los partidos tradicionales, sino incluso a estructuras como la CGT, pero no por maniobras oscuras o maquiavélicas, sino por hacer exactamente lo contrario a lo que ellos están acostumbrados. En política, como en la vida, cuanto más se resiste un cambio, más fuerza toma.

Argentina atraviesa un momento crucial de transformación. Aquellos que no lo vean o que se resistan quedarán en el camino del olvido. El país ya eligió su rumbo, y quien quiera tener un lugar en su futuro deberá entender que las reglas del juego han cambiado.

TICHO para SIN CODIGO

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