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A plena luz del día y a pocos metros de un puesto policial, un fotógrafo de 57 años fue a sacar fotos a la ribera de Quilmes y terminó muerto. Un ladrón lo interceptó para robarle, la víctima se resistió y en el forcejeo recibió una puñalada en el pecho.

El fotógrafo asesinado, sufrió un paro cardíaco tras recibir el puntazo muy cerca del corazón y aunque una ambulancia del SAME lo trasladó de urgencia al Hospital Iriarte, los médicos no pudieron estabilizarlo y murió horas después de ingresar.

El delincuente se escapó del lugar con la mochila de la víctima y hasta el momento permanece prófugo. En las redes sociales, sin embargo, varios vecinos lo habrían identificado en las últimas como la misma persona que ya cometió otros robos en el barrio.

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