¿A qué juega Mariano Campero? El diputado tucumano que apuesta sin apostar

En la política tucumana todos juegan, pero Mariano Campero parece haber desarrollado un estilo propio: juega sin mostrarse, apuesta sin arriesgar y se mueve sin terminar de moverse

Por SIN CODIGO

Radical de cuna, intendente de Yerba Buena durante dos períodos y hoy diputado nacional, Campero transita una carrera marcada por la ambigüedad estratégica, que sus detractores definen como indecisión/especulación y sus defensores como pragmatismo.

Del ADN radical al “radical con peluca”

Electo diputado nacional en 2023, por la UCR, Campero sorprendió apenas asumió en el Congreso. Con la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, se alineó rápidamente a varias de las iniciativas del Presidente libertario. Dentro del radicalismo, eso fue leído como una “traición” y lo expulsaron del partido centenario. Campero respondió armando un espacio propio.

Sin embargo, durante 2025 volvió a girar: en proyectos sensibles para la sociedad pero con riesgo para el programa económico del Ejecutivo Nacional, le soltó la mano al Gobierno. Esa oscilación lo ubicó en un punto incómodo: ni adentro ni afuera.

Un 2025 de coqueteos, silencios y un cálculo electoral que no funcionó

En Tucumán, Campero tanteó posibles alianzas con Roberto Sánchez, referente radical, y también con sectores de La Libertad Avanza. Pero, finalmente decidió no jugarse por nadie en las legislativas de octubre pasado. Según fuentes “en off”, apostaba a que los libertarios en la provincia se desinflaran estrepitosamente en las urnas. Su cálculo era simple: si LLA caía derrotada, él quedaría como la única figura opositora competitiva para 2027.

El plan no salió. Los libertarios hicieron una muy buena elección, compitiendo solos, sin estructura y con candidatos prácticamente desconocidos. La sorpresa dejó a Campero descolocado y, en cierto modo, expuso su especulación.

La última jugada: sumarse al bloque libertario en el Congreso

Quizás golpeado por el resultado provincial y por su propia indefinición, Campero se alineó ahora sí con claridad: se incorporó al bloque de La Libertad Avanza en Diputados. Una movida que, en su entorno, interpretan como un intento de reposicionarse antes de que la ola libertaria termine de coparlo todo.

Pero la recepción no fue la esperada. En Tucumán, el jefe libertario local, Lisandro Catalán, fue contundente: su incorporación legislativa no significa que pase a formar parte de LLA en la provincia. En otras palabras: gracias por el voto, pero no por eso te abrimos la puerta del partido, al menos por ahora.

Campero y 2027: ambición conocida, camino incierto

Las aspiraciones de Campero para llegar a la Gobernación de Tucumán son conocidas y antiguas. Ese deseo genera irritación en LLA, que ve en él más cálculo que compromiso. Para los libertarios, las “picardías” y las especulaciones que caracterizaron su último año político no encajan en un proyecto que se autopercibe frontal y sin dobleces.

Las cartas sobre la mesa

Faltan apenas dos años para el 2027. En política, puede ser una eternidad o un suspiro. Pero para Campero es un reloj que ya empezó a correr.

Si realmente quiere competir contra el peronismo tucumano, deberá ordenar su estrategia y ceder más de lo que pide. Eso implica, según interpretan en LLA, dejar en pausa su ambición personal y poner su estructura al servicio del espacio libertario, que hoy es la oposición más robusta de la provincia.

La pregunta que abre esta etapa es la misma que cerraba la anterior: ¿Está dispuesto Mariano Campero a jugar en equipo o seguirá apostando a que el juego lo favorezca sin apostar del todo?

El tiempo dirá si fue indecisión, cálculo… o simplemente una jugada que aún no muestra todas sus cartas.

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